
La adulación es una moneda falsa a la que sólo da curso nuestra vanidad.
François de LA ROCHEFOUCAULD
Máximas
Debemos protegernos de los pelotilleros, cuyos ensalmos de camelas ofrecen un nítido ejemplo de psicología tóxica. La sabiduría oral ya nos lo advierte con sus literaturas: «no hay peor tirano que el esclavo con el látigo en la mano», «ni sirvas a quien sirvió ni mandes a quien mandó», o el tajante proverbio romano que veía en «tantos esclavos, tantos enemigos». Del viva mi dueño al muera quien no me aplaude la diferencia es argumento de disfraz, no de compostura. Como quiera que sea, en todo halagador hay un dictador en potencia de la peor especie, de esos que ignoran jactanciosos el grumo de los escrúpulos y al tiempo que hacen callo en las rodillas endurecen el alma; el ñangotado —gentileza boricua— es alguien que cree en la eficacia de sus lisonjas porque de estar en posición de recibirlas las exigiría.
Caramelito visual de Santiago Sequeiros.
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Ningún comentario publicado con posterioridad al verano de 2019 recibirá respuesta. Hecha esta declaración de inadherencia, aunque uno se sienta dueño de lo que calla y prisionero de lo que dice, por aquí gustan las cabezas que no marchan al pie de la letra.