26.9.11

EL CULO ES EL ESPEJO DEL ALMA



Nos sentimos tentados a cometer actos por los cuales hemos de ser insultados luego, cosas por las que han de ahorcarnos despúes, y, sin embargo, bien puede ser que el espíritu de las mismas sobreviva a todos los castigos, que dure, ¡vive Dios!, más que la soga con que nos ahorquen!
Joseph CONRAD
Lord Jim

Con mayor asiduidad de la que puede procesar mi jactancia, se me reprocha que tiendo a buscar la interpretación más retorcida de los hechos, y como testimonio demostrativo, se cita el comentario sobre el caso de una monja misionera que confesaba sentirse atribulada por hallar una satisfacción irresistible al hacer bien a los menesterosos y a quien juzgué, por ello, de muy deshonesta configuración anímica comparada con el sanguinario que admite llanamente, sin fisuras ni recovecos, sentirse dichoso por el mal que realiza de forma indiscriminada. Ninguna de las dos conductas referidas merecía mi aprobación, pero sigo encontrando más depravado el temperamento de la religiosa que parte de la práctica pública de la bondad moral para incubar un acontecimiento psíquico definido por esa gama repelente de emociones cuyo alimento es la culpabilidad. Existe una secreta lascivia en torturarse a sí mismo a castigo de contrapeso por el placer inmediato, y quien la cultiva digno es de ser calificado sadomasoquista aunque sea la víctima exclusiva de sus efectos y haya elegido la impecable apariencia de una causa humanitaria como estímulo inicial para dar rienda suelta a su vicio. Incluso al margen de todo concepto psicoterapéutico, desde una postura canónica que se conserve virgen frente a la milenaria inseminación farisea, ¿qué valor neto tienen las buenas acciones de alguien que se ceba en la voluptuosidad de sus pésimos sentimientos a través de los otros? ¿Es que tratar con atención y respeto a los más necesitados de cariño ha de ser un esfuerzo tan penoso que ante el menor síntoma de lo contrario deban dispararse las alarmas de la autocensura? ¿A qué tipo de personas autoriza el hábito compulsivo de esta secuencia perniciosa de piruetas para el corazón? ¿De verdad creéis que mi pensamiento es tortuoso, o roza lo inverosímil, solo por ser proclive a la denuncia de una sociedad movida por intenciones subrepticias donde la suspicacia ambiental hace fermentar la inseguridad del individuo cuando llega el momento decisivo de lidiar con sus afectos? No desmentiré las objeciones que sigo recolectando en los sitios menos predecibles, les concederé márgenes flexibles pensando que quizá sean ciertas y yo exagere, mas de poco me sirven para evolucionar en mi conocimiento porque no veo modo de explicarme el mundo que tengo delante si olvido que el cura siempre ha ido desnudo bajo la sotana. Quien esté libre de cristianismo que arroje la primera cruz.

Van Cleef & Arpels Diamond Bracelet X-Ray de Helmut Newton, el fotógrafo que mejor ha sintetizado la filosofía inagotable del cuerpo femenino.

24.9.11

EL ABORDAJE INVISIBLE


Ahora sé que, cuando quiero, me puedo tranquilizar. ¿No es eso ni más ni menos la mejor garantía para poder ser también una persona apasionada?
Yukio MISHIMA
Los años verdes

Al acostarme, los grillos del jardín me han susurrado un epitafio que se ha enroscado cariñoso alrededor de mi cuello como una boa de carmín: “Cuánto le hubiera encantado estar hecho para el mundo”. Y al despertar, los rayos nacarados del alba me han salpicado con el jugo corrosivo de su esplendor un desacato directo a las neuronas soñolientas: “Haces que mi corazón parezca una pastilla efervescente con la que me disuelvo”. Siguiendo un emotivo arranque de impulsividad, he meditado a cabeza perdida a quién podía dedicarle el hallazgo poético y sólo una hora después, cuando todas mis candidatas virtuales se habían volatilizado, me he descubierto enamorado de la primera ninfa que me ha clavado las pupilas al traspasar el umbral matutino de la subjetividad. La experiencia no nos salva de seguir cometiendo tonterías, y un hombre vehemente como yo que trata por todos los medios de no ser presa de sus sentimientos comete más errores de los que quiere evitar. No ha pasado nada, pero la semilla ha cruzado la barrera hematoencefálica con el sigilo de un torpedo atómico que se hunde en el océano guiado sin otro control que olvidar el objetivo. Puesto que soy un ser artificioso, no me queda más remedio que seguir mi naturaleza; sé que cuando logre purgar mis flaquezas y vuelva a encontrarme fresco para afrontar el próximo cambio de piel que permita a mis heridas transformarse en hermosas cicatrices, me veré rogando a la madre nada que me quede la estupidez justa para no ser imbécil, porque ¿quién puede desnudar la llama que pudorosamente nos va quemando con un fuego tan puro que carece de luz? Obviedad para muchos, no siempre atisbo que hacer un mal uso del bien ocasiona mayores trastornos que hacer un buen uso del mal, lo que en mi caso significa que si dudo de mis desengaños me siento doblemente traicionado porque ya no puedo engañarme sin dudar ni dudar sin engañarme. Quizá recurra entonces a los fieles hexagramas del I Ching; también, con errática seguridad, a la nigromancia filosófica que anima a consultar la voz en off de los difuntos más ilustres para instilarnos, por ejemplo, esa máxima imperial y cristalina que nos devuelve automáticamente la sobriedad con un oportuno "toma sin orgullo, abandona sin esfuerzo". Entre el círculo mágico que reverbera en los espejismos del amor, y el triángulo transgresor de una ilusión fortuita pero deslumbrante, todo individuo que sea digno de trazar su camino a través del caos debe alzar el cuadrado imperturbable de su templo interior. La primera obligación que un espíritu ponderado ha de guardar consigo no es procurarse momentos de felicidad, sino saber tolerarse lo necesario para no ser demasiado infeliz deseando ser lo contrario. A partir de ahí, puede cada uno representar el drama hasta prodigarse en metáforas de acción mediante las cuales un acto se valga de otro para denotar un acontecimiento distinto a ellos que cambie de forma sustancial tanto el punto de vista sobre la conducta como el nivel de estado en que esta opera; y si es cierto que se puede renunciar a la renuncia aunque nada merezca el dolor de un de, de un por y de un para, lo importante es que haya convergencia entre la fuerza del pensamiento, arisca pero volitiva, y la potencia de la voluntad, que tiende a extraviarse en el nido imaginario donde nace.

El sueño de la esposa del pescador desliza una gollería rijosa dentro del repertorio galante de Hokusai, grabador japonés de la escuela Ukiyo-e ("pinturas del mundo flotante") que influyó de manera ostensible en los principales impresionistas franceses con sus escenas paisajísticas y estampas de la vida cotidiana.

23.9.11

ADAPTACIÓN AL MIEDO


Es más decente que los hombres aprendan a morir que a matar.
SÉNECA
Cartas morales a Lucilio

En el deseo intemporal de convencerse de su bondad innata el ser humano se muestra indigno de confianza al declarar una inclinación natural al pretexto que pueda disimular, ante su propia mirada incluso, los anhelos más profundos de su alma. Dentro de cada uno late un insondable miedo de sí, y por ello no debe sorprenderse el avisado de que una mayoría menos apta para el latigazo de la claridad se agarre con terquedad a cualquier idea, por ridícula que sea, que la distraiga de sacar la conclusión indigerible de que los otros temen en igual medida la fuerza desatada de los apetitos que, como simios, comparten entre sí. La guerra, con su explosión de situaciones desesperadas, no sirve para mejorar ni para empeorar la naturaleza humana: solo le quita el maquillaje.

Idílico despertar de Psique, personificación de la fuerza vital que confiere unidad al sujeto, según la zalamera inventiva de Guillaume Seignac.

22.9.11

DESÁNIMO DE LUCRO


El dinero no constituye una apuesta segura pero es lo más cercano a Dios que he visto en este mundo.
Walter MOSLEY
El demonio vestido de azul

Toda estafa posee una raíz artística gracias a la cual desde la oferta de un bien ficticio (el engaño) obtiene un bien tangible (la ganancia), operación que en apariencia tiene su contrapunto en la fiscalidad, cuyo artificio consiste en exigir un bien material (el tributo) para hacerlo desaparecer en un bien supuesto (la utilidad social). La similitud entre ambos géneros de exacción es tan obvia, que podríamos catalogar a la estafa como un impuesto sobre mercancías ilusorias, e indistintamente, aunque a la inversa, equiparar la fiscalidad a un verdadero timo.

En la imagen, el emblema Del danno altrui altrui utilita (lo dañino para unos es provechoso para otros) según la edición de Lyon de 1551 de la mirífica obra de Alciato.

18.9.11

PARABOLIZANTE


¿No te da vergüenza? Deseas entrar en un sistema en el que hay que convertirse en rueda si no quieres ser aplastado por la máquina.
Friedrich NIETZSCHE
Aurora

En la fase ascendente de la vida, cuando a uno el destino suele sonreírle con el espejismo irresistible de las grandes experiencias, no se espera otra cosa de los otros que la docilidad necesaria para abrirse paso por el fascinante itinerario que parece ofrecer el mundo, muy distinta actitud de la que cabe encontrar en quien pierde su sitio al ser arrojado sin retorno de los escenarios de la sociedad a medida que se adentra en la etapa descendente de su trayectoria personal: por la costumbre de ahormarse a sí mismo más que por un orgullo del que probablemente no le quede ni el reflejo, nada pedirá a los demás y no buscará en ellos sino la indispensable comprensión para no extrañarse por completo en los abismos de la soledad, pues comprender equivale a ser cómplice y la complicidad, si bien no arregla ni compensa los males reales, redime al individuo de cargar en exclusiva con el peso de su ser que del puro estar siente superfluo. Desde la tesitura en la que todo atrapa y nada consuela, cuando hasta se carece de la ilusión terminal por destruir de una vez las ilusiones, quizá ese germen de connivencia sea lo más parecido al calor de una buena compañía que se puede acariciar.

Lawrence Alma-Tadema, uno de los pintores victorianos que supo captar sin demasiada afectación el esplendor del mundo antiguo, recuerda en este lienzo a Lucius Tarquinius, apodado el Soberbio, último rey de Roma y responsable, por arrogancia, de la destrucción de seis de los nueve Libros Sibilinos que le ofreció la Sibila de Cumas, a quien la leyenda atribuye la desgracia, concedida por Apolo, de haber vivido tantos años como granos de arena cogió en un puñado. Al descuidar pedirle al dios juventud, el envejecimiento progresivo la llevó a un estado de consunción tan avanzado que tuvieron preservarla dentro de una jaula como un animalillo intocable; cuando los maliciosos le preguntaban qué deseaba, respondía que solo quería morir. Ambos, la adivina y el tirano, son perfectos ejemplos del matemático sarcasmo con que se trazan las peripecias humanas. No en vano, la parábola como género literario trasudado de moral recibe su nombre de la ilustrativa figura geométrica donde lo que sube vuelve a bajar.

17.9.11

VIVE IGNOMINIOSAMENTE



Debo reconocer que apenas sabemos nada de cómo vive el resto del mundo. Nos limitamos a trabajar como si fuésemos los únicos habitantes de la tierra.
Otto SKORZENY, coronel de las SS considerado por los aliados como el hombre más peligroso de Europa durante la SGM.

Sin ley de Godwin a la que asir un pretexto ni efeméride significativa con la que sincronizar el siguiente apunte, debo rendir homenaje a la necia verdad: ventilar el olor a senectud que empezaban a desprender mis ganas de ver sembrado, a vuestra siniestra, el singular chasis humano.

El nacionalsocialismo fue una ideología que traumatizó al mundo como solo una religión de proporciones ecuménicas puede hacerlo. Nació como una oscura herejía, se propagó con los atributos incendiarios de un cisma de Occidente, sucumbió en holocausto y a su paso dejó la radiación devastadora de un hechizo que aún perdura. Puede que todo ello desprenda un halo mágico a la par que peligroso, pero cuando se analiza en profundidad este movimiento descubrimos que solo se encargó de combinar los ingredientes más pujantes que ya estaban definidos bajo la forma de tensiones internas en las sociedades industriales. Su tenaz sistema de propaganda que añadía a los eficientes memes una espectacular panoplia de iconos y emblemas, toda su evocación artificiosa del paganismo nórdico impregnado de fragancias telúricas, su exaltación romántica del componente racial presentado según nociones darwinistas, no fueron sino disfraces para cubrir la horripilante desnudez de la búsqueda en bruto del poder por el poder que confía a los atajos de la violencia los quehaceres naturales de la sensibilidad, lo que puede objetivarse en la crudeza de sus efectos allí donde triunfó. Dicho esto, no deja de sorprenderme que hasta en las cumbres más áridas de la voluntad de dominio pueden hallarse briznas de una épica, ignorada quizá por sus mismos protagonistas, que nos remite con elocuente insistencia de los peores afanes de la condición humana a un lamento de raigambre escatológica y resonancias arquetípicas donde nada puede ser salvado de sí mismo, ni siquiera en su dimensión conceptual. De ahí a la destrucción como síntoma obsesivo y prueba material de una avidez que iguala el alfa y el omega en cada obra al reventarla desde dentro, apenas hay un paso –un pasito de oca, por supuesto– que los mistagogos de la esvástica, a falta de grandes hazañas de contenidos, suplieron con una fe de escenografía para replicantes cuyos artefactos doctrinales, a modo de auto sacramental injertado en la realidad, trataban de anular la conciencia impertinente de su absoluta insignificancia. Misioneros sin piedad del evangelio negro del todo para mí o nada para nadie, los visionarios nazis, precursores a su estilo de algunas tendencias políticas muy en boga que exigen el perfeccionamiento del control social mediante la optimización económica de la vileza, fueron personajes quijotescos a su pesar –algo que también dolerá a los guardianes de Cervantes– y sería más exacto para nuestro sentido psíquico de la historia contemplarlos como los vencidos victoriosos de la última aventura civilizadora de la razón que, harta de conjurar sus propios monstruos, prefirió entregarse a ellos.

14.9.11

DEMASIADO ES POCO TODAVÍA



Como si ya te fuese posible marcharte de la vida, así es preciso que hagas, digas y pienses cada cosa.
Marco AURELIO
Meditaciones

Que la realidad supere a la ficción no por ser moneda corriente deja de sorprender al comercio –por fortuna fraudulento– de nuestros actos, mas tiene un pase: incluso los casos más extremos podemos encajarlos porque los consideramos posibles dentro de lo imaginable. Lo que nos descorazona y derrota con una aplastante falta de evidencia, lo que acompleja el entendimiento mejor estructurado, es que tantos momentos decisivos tengan que resolverse a partir de lo inconcebible...

¿A quiénes dedica su sonrisa el payaso de la detonación nuclear? ¿Estamos ecualizados para captar la gracia e interpertarla en todo su esplendor?


9.9.11

TANGO PARA SÍ



Careces de altura moral para juzgarme, así que en virtud de esa decencia que te atribuyes haz el favor de no ensuciarme con tus pensamientos.
Tomado de una discusión autoinfligida

Uno se pasa gran parte de la vida empeñado en comprender el sentido último y la trabazón secreta de sus actos hasta que descubre, sumido en las arrugas de sus ya irrecuperables ganas, que ese ha sido el mayor obstáculo para actuar como comprendía. Superviviente a traición, desde entonces, de los ataques taimados de la conciencia ingobernable; con el rostro fraccionado en rasgos ilegibles que evocan la fe disuelta de otras caras que quizá ni pudo estrenar; harto al fin de ese hartazgo a través de cuyo adictivo rechazo nunca parecía hartarse de estarlo, el sujeto valeroso experimenta un placer que lo sobrepuja al saberse víctima de sus ficciones, pues consuma en una suerte de giro revelador la fuerza de su voluntad contra la resistencia de lo real.

Retratista habitual de bailarinas enigmáticas y mujeres solitarias en actitud apasionada, Andrew Atroshenko nos sorprende con esta pareja entrelazada en un hipnótico tango.
 
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