13.7.14

ZUNAS, ACEDIAS Y METEORITOS

¿Es concebible abrazar una religión fundada por otro?
Emil CIORAN
Ese maldito yo

Mis obsesiones, una vez publicadas, no se van de mi alma porque siempre he puesto el alma en ellas.

*

Lo más florido de la vida no echa raíces, pero las hace patentes en el temblor sin temor que imprime a sus pétalos.

*

Las verdaderas demoliciones, como los verdaderos partos, empiezan y terminan por uno mismo.

*

Los genios se inventan las reglas; los mediocres, sólo las cumplen.

*

A medida que aumentan los miembros de una comunidad, el valor del individuo disminuye.

*

Demora que me demora, muero en el ya cuando el vivir no es ahora.

*

Los actos de desesperación se abrevian en la distancia que va del casi nunca aceptables al casi siempre excusables.

*

Confortable gesto es condenar el uso de la violencia cuando no se ha sido damnificado por ella.

*

La profusión de necedades adornadas con doctorado demuestra hasta qué punto son prescindibles los mentecatos y los títulos.

*

Siempre estoy en los límites de mi resistencia porque, en ellos, obtengo por victoria mi vencimiento.

*

Intenta vencerme y verás a dos, todo vencidos, vencedores de nada.

*

Dios no me ofende, me ofende la existencia donde debemos tomarlo de más o darlo por perdido.

*

Siento lo suficiente para no sentir el dolor que mi alma siente cuando no lo siente.

*

En un dolor caben todos los dolores que han sido para que en los dolores venideros tengan cabida todos los que ahora son.

*

Ninguna obviedad constituye una posición donde sea factible descansar; todo está carcomido y, en sus cimientos, nada es tan obvio como lo contrario.

*

Querer estar en todo y no ser nada, que está en todo.

*

Me sirvo de la combustión interna de los libros para llevar luz a la vida que  consumo minando con mis ojos la oscuridad infinita.

*

Transmutante. Conmigo se ha engendrado un híbrido por catalogar: un tercio de fauno, otro de judío y el último, más inestable, de un vacío que me repleta al distinguirse de sí mismo.

*

Me fascina recorrer los laberintos que las mujeres suelen tener por cabeza, máxime si los sostienen cuerpos de arrebato donde perderse de cabeza.

*

Adicto a la lujuria. En deuda permanente con mis genitales, y estos con las realidades paralelas cautivas de los encantos femeninos, no descansaré hasta que mis coitos superen en frecuencia a los actos solitarios que, desde la pubertad, a su capricho me han infligido mis menesteres.

*

En el viaje de solo a solo que fermenta lo propio del vivir en lo extraño del morir, siempre hay un vino de más y una mujer de menos.

*

La pasión me enfría, y tanto es mi frío a menudo, que no logro subsistir sin el fuego de la pasión.

*

Amar, y sólo amar, es oler con amor... aunque no se ame.

*

En noches halagüeñas como la de hoy, con una luna sonriente a la temperatura idónea para retozar, a ciencia cierta comprendo que las flores de mis campos más queridos ora son de papel, ora se marchitan rodeadas por vallas infranqueables. Tú, amiga mía, no eres de papel, pero tengo que pintarte cada noche.


*

Soledumbres. Qué solo está quien está a solas sin su soledad.

*

Demos gracias al caos por no permitirnos acatar la coherencia hasta el extremo de perder el orden.

*

Lo que a unos salva a otros condena, y aun quien se salva no está a salvo de condenarse por la inocencia con que se absuelve.

*

Celebraría la prestancia de la condición humana si desconociera menos mi naturaleza.

*

Follar, drogarse y matar: ningún valor es más seguro para invertir en nuestra especie.

*

Ni el consentimiento popular, ni el liderazgo carismático, ni la fuerza del capital o de las armas, conceden legitimidad al ejercicio del poder. El poder ha inventado esta noción moral para sustentarse en una causa que no lo reduzca al crudo afán de dominio, su origen inconcuso.

*

Como perros. El pueblo apaleado difícilmente se resiste a las caricias y muestras puntuales de generosidad que su castigador, si es hábil, tiene a bien dedicarle entre las ordinarias exacciones, atropellos y menosprecios.

*

Quien te adula hoy, mañana se vengará por haberse disminuido ante ti; poco podemos hacer para soslayarlo, la coba es un veneno dulce pero seguro. Por contraste, de quien nos trata con altanería siempre podemos remedar el desdén que, en última instancia, es un músculo frente a todos los que se valen de devaluarnos para no sentirse desvalidos.

*

Devorándose a sí misma, la sociedad contemporánea cree renovarse, y mediante la trama de relaciones que muchos de sus integrantes asumen como una participación activa en la cultura, se establecen apretados lazos de complicidad con los opresores, a los que ya no basta la conformidad abnegada de tiempos pretéritos.

*

Intervenida por la religión y rea de las finanzas, lo sorprendente sería que la política dejara de fabricar pobres de espíritu, mutilados económicos y criminales sin más culpa que su renuencia a ser víctimas.

*

Antes que ensamblador de palabras fui visionario, y el visionario no elige los universos que lo traspasan, sino que es elegido por ellos de la misma forma que un virus penetra en el organismo donde, a marchas forzadas, se multiplica.

*

El instinto, que es el pulso de la historia, no es contrario a la razón, pero la linterna de la razón, idolatrada como una función intemporal, agoniza cuando no contraría los instintos y, con ellos, los hechos históricos.

*

Heterodoxias cogitabundas. Agreste de su natío, propio de mentes erráticas y sin oficio, el pensamiento mana como un venero secreto y se abre a la conciencia como la efímera, impetuosa flor de un cactus en el desierto. Desafiada por el potencial semántico de este fenómeno subjetivo, la filosofía académica se ha desarrollado como una conspiración sistemática contra la índole salvaje de la propia experiencia reflexiva.

*

Hay cosas tan envidiables que sólo merecen indiferencia.

*

Las penas nunca terminan porque todo empieza de pena.

*

No todos los yerros caben en una vida, pero en un yerro se va la vida.

*

Cuanto más elevados son los ideales, más bajo caen sus apologetas.

*

Cada desengaño nos aproxima un poco más al definitivo, que acaba por engañarnos del todo con nada.

*

En la eternidad, lo sé porque soy mortífero, duraré un instante.

*

Por la abrupta colina que es cada hombre en su declive, ruedan hasta desgastarse las piedras procedentes de otras colinas.

*

Un hombre es una sociedad para sí, y una sociedad no es para sí más que un sueño descabezado de hombres desvelados.

*

No me gusta la gente, me gusta la diferencia de gentes, pero eso ya no es gente, sino disgusto de las gentes con la diferencia.

*

La vorágine en su espejo. A mayor extensión de vida, mayor muerte la recibe. En su ocaso y consecuencia, una es trasunto de la otra, que con otra es una.

*

Hubiera estado bien dilatarse entre los astros hasta ver cruzar de nuevo la eternidad sobre el anacronismo pasajero de nuestros cráneos.

*

Nada en la naturaleza precisa nuestra presencia, y nada en nuestra ausencia demanda tanta naturaleza.

*

Todavía salen restos de otras obras en el núcleo de mi obra. Ser no es lo que uno es sin todo lo que no es cuando es todo lo que es.

*

No te hagas de menos viviendo de más, ni te vivas de menos haciendo de más.

*

Merecido reposo. No sé no hacer nada si antes no he hecho todo lo que sé hacer por nada.

*

Sólo sé que me hago porque hay momentos en que nadie me hace como yo me deshago.

*

Somos en cuanto perdemos nada más que cuanto somos.

*

En cada día vivido subimos un peldaño sobre los abismos del mundo y avanzamos otro paso hacia el precipicio.

*

Si cuesta más evitar la caída que tocar fondo, es porque no se ha tocado el fondo que hay en evitar la caída.

*

En el ser humano se ramifican múltiples tipos de personalidad y todas acaban bifurcándose entre las que van a parar a la sima y las que se estancan en el atolladero.

*

El mismo tropiezo que te hace despegar te empuja a morder el polvo.

*

De estrago en estrago, me arregló un desarreglo.

*

Resuélvanse los problemas sabiendo de antemano que de las soluciones surgirán otros, acaso más complejos, y de negarse a resolverlos, también.

*

Tienden las malas cosas a concentrarse primero para esparcirse después; las buenas, cuando son más que menos malas, ofrecen lo mejor de sí mientras se disipan.

*

Jamás seré grande para mí porque en mí, cuanto más crezco, más diminuto aparezco.

*

Nada puede añadirse que no quite, ni quitarse que no añada, sobre todo, su nada.

*

Si me das lo que te doy, te deberé lo que me debo.

*

No es tu engaño lo que me enoja, sino el enojo con que me desengañas.

*

Para lo irreparable busca uno vano remedio en su corazón, pero, al acercarse, cada latido lo aleja hasta una distancia donde resuena, como un martillo, lo irreparable.

*

Nada es más insoportable que la idea de poder soportarlo todo sin nada más que lo insoportable.

*

Sin un sentido que explique el sinsentido, todo un sinsentido explica el sentido.

*

Nada encuentro ordinario si no me incluye, pero desde el principio todo lo ordinario me excluye.

*

Nadie sabe quién soy, y, quienes lo saben, no saben que nadie soy. El cómo de un qué sin para qué destinado a inventarse su porqué, sólo eso soy cuando me colmo de lo que soy.

*

Es más sencillo creer a una máscara que al rostro que, sin ella, se confiesa enmascarado.

*

Hemos olvidado el futuro por la costumbre de no ver cuánto hemos pasado.

*

Quizá en la muerte todas las muertes se junten para formar una vida en la que todas las vidas se resuman.

*

En mi pobreza existe una gran riqueza que no he podido gastar por pobreza.

*

Puesto que pronto has de volver, no tardes en volverte de tu parte antes de marchar a la parte de la que vuelves.


De pensar, a veces sangro. Y para ilustrarlo, traigo This is my blood del narcisista Marwane Pallas, cuya hemorragia visual se aviene con el torrente de mis letras.

9.7.14

RAMILLETE DE PIROPOS

Dirck de Quade van Ravesteyn, Venus cabalgado a un sátiro
Si puedes experimentar el triunfo y la derrota,
y tratar a esos dos impostores exactamente igual.
Rudyard KIPLING
Si...

Traducidos libremente, los versos citados saltan de boca en boca con la facilidad de un aforismo memorable: «Al éxito y al fracaso, esos dos impostores, trátalos siempre con la misma indiferencia». Más arisca de tratar es la decrepitud de los encantos femeninos que ya Góngora cantó en un romance que concluía con este reclamo:

Antes que la edad avara
el rubio cabello de oro
convierta en luciente plata,
quered cuando sois queridas,
amad cuando sois amadas,
mirad, bobas, que detrás
se pinta la ocasión, calva.


Aunque los hay irreverentes, lascivos, voraces, histéricos, pospriapistas, rematadamente cursis y hasta pulidos con cierto resabio de irónica amargura por pretender a quien es causa de bloqueo o a quien sólo se causa desprecio, no encuentro ahora mejor modo de clasificar mi inventario de requiebros que sugerir el germen de su procedencia: algunos los dediqué con viveza a damas que no siempre los merecían, otros no me atreví a decirlos cuando tuve ocasión de florear el territorio y, finalmente, están los sentenciados a engrosar el cartapacio virtual sin nadie que los tomara por ornato. Con el amor al misterio y el respeto a la curiosidad intelectual que he adoptado como rasgos de carácter, dejo a mis visitadores y forenses la inquietud de averiguar, si la suscito, cuáles han quedado prisioneros de la fantasía o agarrotados por la realidad.


1

Tómame con fuerza que yo me daré sin esfuerzo.

2

Guardo huella en mi memoria de todo lo bueno que nunca te haré.

3

Voy a enroscarme a ti como serpiente al árbol del Edén.

4

Me quisiera estrella fugaz para cruzar incandescente el firmamento de tu cuerpo.

5

El firmamento es hermoso porque se aleja de quien lo contempla y en la lejanía lo inmediato es recrearse con quien, como tú, nunca estará cerca.

6

Desde que tengo uso de erección eres mi más sólido argumento.

7

Tras haber contemplado tu belleza, debería volverme ciego para no ensuciar mis ojos con la fealdad del mundo.

8

Pena, penita, pena, me das sirena que así de maja paseas por el cardumen de quien te ansía.

9

¡Bien me vas a soñar desde que no duermo contigo!

10

En ese agujerito encerraría la razón que me fuerza a la locura de tu desnudez.

11

No fui concebido para estar esposado, es posado como puedes concebirme. Palabra de hombre con alas y, si quieres, con presa.

12

Mira si soy fiel que las puertas de mi atención te abriré siempre y cuando no cierres tus piernas a mi devoción.

13

Tan bien hecha estás, tan extensa es la gracia de tu ser, que para hacerse una idea justa habría que fornicarte por capítulos.

14


Muéstrame la verdad entre tus piernas y mi saber correrá tras ella.

15

¡Ábrete, chiquilla! No es un deber que te imponga, sino un placer que obtendrás.

16

Si yo te tomara llegarías a sentir hambre mientras durase mi apetito.

17

¿Quién dijo amor? Tan sólo seré liendre de tu corazón.

18

El amor que me niegas es dolor que con amor me ahorras.

19

El amor es una cruz donde dos almas se gastan y yo el que se arrima a tu palo para quitarte los clavos.

20

Te juro amor verdadero por cada orgasmo sincero.

21

Si crees que sin mí no eres nada, créeme querida, conmigo renada.

22

Pon en mí una mirada y seré el reflejo de tus fantasías. 

23

Entrégame tus bragas y al fin tendré bandera.

24

Aléjate, divina, que me hago tea.

Filippino Lippi, Madonna
25

Definir el arte es sencillo: basta remitirse a tu naturaleza.

26

Quién fuera bálsamo de virtudes ignotas para modelar consuelos de vértigo en el criptograma de tu dolor.

27

Sólo quiero que me vacíes como quieres que te llenen.

28

Te quiero por todos los desencantos que he causado en ti.

29

Todo mi yo te regalo si aceptas el trato a cambio de olvidar el tuyo.

30

No sé si podré darte todo lo que mereces, pero intentaré merecer todo lo que vas a darme.

31

Si volviera a nacer siendo mujer, me gustaría ser como tú para que alguien como yo me dijera «te deseo».

32

La salvación debería existir para ti porque conmigo tienes ganado el cielo.

33

Córrete y corre, aléjate rauda, que mi tedio acecha corto y tú eres demasiado dulce para su mordedura.

34

Prefiero el hecho al dicho y antes que el nicho, tu capricho. Del resto, morena, para qué hablar: soy sólo un bicho.

35

Puesto que la naturaleza ha mostrado su mejor talento contigo, es imperdonable que no lo explotes con quien admira su obra.

36

La dimensión verdadera está en las conexiones nerviosas, no en los atributos explícitos, y ahí eres infinita con tus pequeños pechos.

37

En el templo de tus encantos aun los huérfanos de Dios comulgan.

38

Mi fe consiste en comerse a Dios empezando por tu coño.

39

¿Quién querría redención si pudiera perder la eternidad en un cuerpo como el tuyo?

40

La firmeza con que evito poseer tu anatomía es la misma que pretendo sofocar en la mía.

41

Ante un molde tan virtuoso, el contenido está asegurado: ¡cuánto vicio cabe en ese cuerpo!

42

Quiero enseñarte quién manda aquí... En primera lección, voy a lamerte el culo.

43

Sólo en tu boca hallará salida el perdido que hay en mí.

44

Me atenaza una duda existencial: no sé si empezar a comerte por la nuca o por los pies.

45

Pienso interrogar cada parte de tu cuerpo para arrancarle en confesión sus excesos.

46

Si yo fuera guerrero, la gloria de mis hazañas sería tu orgasmo.

47

Habiendo musas el arte fluye y en tu cuello forma un remanso desnudo para que yo lo beba.

48

En tu sexo arde un sol en el que debo morir abrasado para poder regresar resucitado.

49

Si cada orificio de tu cuerpo es una entrada secreta al paraíso, por caridad, te lo suplico, ¡ayúdame a escapar de este infierno!

¡Ave María, Golférrima!
50

Eres el travesaño que le falta a mi cruz.

51

En el cáliz de tu boca el cianuro sabría a miel.

52

Contigo a la distancia de un beso, la desventura es un paraje que desaprendo.

53

Prendería fuego a mi corazón para hacer señales de humo que llamaran tu atención.

54

Ni tiempo ni distancia consumen tu atractivo, que arroba como lumbre de estrellas más allá de tu carne… y de mis manos.

55

No te sorprendas si uso tu tanga como servilleta porque tu cuerpo será mi banquete.

56

Quiero hablarle a tu sexo, quiero contarle, lo agradecido que me siento cuando me siente.

57

Loca no, loquísima debes estar, si cuanto más bella es una mujer peor está su cabeza.

58

Cada vez que te corres me convierto en la comadrona de una obra maestra.

59

No temas, no quiero joderte la vida; me conformaría con tu cuerpo.

60

Quizá debiéramos concedernos una cuarentena de coitos antes de enamorarnos.

61

No me preguntes el nombre, bautízame con tus flujos.

62

 Piensa en mi lengua cuando te laves... y aún más cuando te ensucies.

63

En esa sonrisa tuya hasta los iconoclastas construyen altares.

64

Imposible solazarse en tu figura sin sentir que se profana un arcano.

65

No quiero desnudarte, sino desanudarte.

66

Si cruzas el miedo que nos separa seré tu plataforma de despegue.

67

Tus viejos temores se harán cenizas en la hoguera de nuestros cuerpos.

68

¡Libérate ya de tus prendas! A buen manjar pocos envoltorios bastan.

69

Soy un lío en el que te gustaría encontrarte.

70

No busco en ti un objeto sexual, sino un alma en cuyo cuerpo pueda desaparecer.

71

En los libros me faltan libros, en los viajes me faltan viajes, en tu cuerpo me faltas tú.

72

Mejor que mirarte con el ardor de un prófugo que necesita penetrar tu frontera, te diviso como la cima que podría alcanzar por caminos recónditos.

73

Si es preciso anclar la poesía a la materia para que esta por aquella sea en su acción ennoblecida, lo imprescindible ahora es fondear donde ninguna materia tuya escape de las rimas de mis dedos.

74

¿Por qué dejarle a los gusanos lo que puede comerse este humano?

Artista desconocido, Perils of a Spinning World
75

Si te gustan los animales, este gran perro está hecho para ti.

76

¿Cómo no te voy a azotar con lo bien que te sienta? En la piel, sobrescrito, un pedazo de cielo llevas descrito.

77

Si yo fuera diablo, en el nombre de Dios algún pecado te pediría.

78

Entre tú y yo, la inocencia es pecado.

79

De peca a peca te sigue mi alma como pecado que en tu piel repta.

80

A veces imagino que nuestras pieles se embriagan juntas, y a veces lo imagino tan bien que no se hace realidad.

81

Hoy te librarás porque puedo contener el abordaje que merecen tus labios.

82

Entre la vibración de tus muslos y tu sonrisa secreta sembraré mi abismo.

83

Bien mareado me tienes desde que mis pupilas se fijaron a tu órbita.

84

Milagro es que tu conciencia no sufra con los suicidios espermáticos cometidos en tu honor.

85

Tú nunca fuiste especial para mí; eres, más bien, lo que siempre fuiste: fundamental.

86

Todas las mujeres que he amado conforman una sola a la que sólo puedo perder… ¿Qué haces aún aquí?

87

Si te vieras a través de mis ojos, levitarías.

88

No quiero tus genes porque sé querer a quien los lleva.

89

Por ensañarte conmigo me ensoñarás contigo.

90

Necesito tocarte para cerciorarme de que existo.

91

¿Qué no me das para tenerme, con menos, más?

92

Me he propuesto sacarte brillo con abundantes polvos mágicos.

93

Lo único que lamento de haberte conocido son las llagas que le hice a mi daga de tanto hundirla en ti.

94

Pienso en tus exuberancias y me sale la chulería de recetarte pastillas para la garganta y un extintor: las primeras te aliviarán porque te haré gritar de gozo; el segundo, cosa segura, porque arderás de lujuria.

95

Darte quisiera una llama de la combustión que haces en mí.

96

Posa un beso en mi copa y no beberé otra cosa.

97

Toma esta recia batuta y dirige sin temblor la orquesta de tus sentidos.

98

Verdugos de mis ojos los tuyos, que me clavan terremotos.

99

Inflamada traigo la razón por el par de cañonazos con que me miraste.

Dildo de obsidiana (circa 5000 a. C.)
100

Contigo la carne es un baño metafísico donde el llanto de mi esperma resplandece en su sino mortuorio.

101

¿Para qué romper tu cuerpo en un gimnasio pudiendo esculpirlo en mi colchón?

102

Niña, no me líes que me enderezo.

103

Conmigo puedes estar tranquila, te miro con mucho espeto.

104

Si no fueras tan correosa ni yo tan volátil, haríamos una crema insuperable.

105

Que no nos falte lava de deseo donde lavar las penas bajo erupciones de placer.

106

Aun si cebo te supiera, no habría anzuelo al que no me enganchara.

107

Rendido estoy si no caigo entre los trofeos que oculta el cofre de tu cuerpo.

108

Escóndete, huye de mí, tus tesoros se abrirán al ladrón que te lo advierte.

109

No te ofendas por la bestia que puedo ser: a su lado a salvo estás del humano que soy.

110

No se me ocurre mejor toma de placer que provocártelo.

111

¿De qué presumes, cariátide? ¡Tu hermosura te protege como una maldición!

112

Rara es la mujer que a mi lado no sea guapa; tú, sin duda, eres la lista.

113

Ya que vas de lista, sigue bien la pista: si buscas salsa, aquí tienes baile.

114

Claro que te miro con buenos ojos, pero no hay tan buena vista que a inventarse acierte la maravilla de tu presencia.

115

No me creas cuando en verdad te digo que eres maravillosa; las mujeres engreídas son repelentes.

116

Sabes que no miento cuando digo lo que invento; para entregarme, ya no hay más cuento, debo tomarme de ti.

117

Estoy dispuesto a todo porque no soy para nadie. Entre tú y yo desmandarse es el único dominio.

118

No quiero que mi deseo coaccione la realidad que allí tienes, pero nadie podrá darte la utopía que aquí te espera.

119

No te veré más, pues de tanto mirarte te empiezo a borrar.

120

Tu piel no puede negar a mis manos lo que tus ojos afirman.

121

No sé cómo he llegado hasta mí sin haber pasado por ti.

122

Entre ambos, si lo queremos, a falta de todo seremos todo lo que nos falta.

123

¡Qué bueno es pensar en ti cuando el deseo de ti me lo permite!

124

Viendo que mi insistencia es fallida, ¿no tendrás a mano una doble?

Watanabe Kazan, El pulpo, el mar y las mujeres
125

Estoy profundamente seducido por la impresión que te he causado.

126

Séame concedido besarte con la mirada, mirarte con la boca, atravesarte contigo.

127

Ya te anuncio en coloquial que no descansaré hasta follarte en barroco.

128

No te cuentes en años, sino en los miles de mordiscos que les añadiría.

129

Estirada incluso en los andares, ni a bocados pude abatirte.

130

Qué gran paz sería ponerte en la guerra que te daría.

131

Todas las fuentes de mi ser desembocan en el delta donde tu sed extingue la mía.

132


La vida es vulnerable, la alegría efímera, las oportunidades escasas, la belleza caduca… ¿Y aún te preguntas por qué te quiero morder?

133

Si todo fuera mentira nada lamentaría más que perder la verdad de probarte.

134

Sólo tu humedad alivia las arenas del desierto donde espero sepultado que te viertas.

135

No estés triste, compañera, tu trasero tiene fiesta por delante.

136

Ni de broma interpondré una goma. ¡A pelo apelo!

137

De todas las mujeres que conozco, ninguna dibuja como tú mi cara de gilipollas.

138

Deja ya de entibiarme con tu cháchara hueca: las palabras no traen calma, sólo tu vientre colma.

139

Mis manos vagan perdidas sin la senda de tu piel, y mi lengua, ahogada lejos de la tuya, se hunde en los silencios sin salida de un pozo de saliva.

140

Bien cara vendes tu rosa tras darme empacho de espinas. No hay reproche, el fallo es mío: tomé por un jardín lo que solo era un zarzal.

141

Zanjo la riña, alzaré el vuelo a otra viña que me cure esta morriña.

142

Mal me quieres porque mal me miras con las trampas que tus lentes me adjudican.

143

Penoso no es vivir como un pobre diablo; lo es, y mucho, no tener tu confianza a mi favor para obsequiarte diabluras.

144

Me sobra la dulzura que me negaste para endulzar la amargura en que me dejaste.

145

Nadie me podrá arrebatar lo que me diste porque todo, por nada, me lo robaste.

146

Siempre que estoy mal pienso en ti; siempre que pienso en ti mi mal se diluye en un bien imposible.

147

¿Extrañas todavía que caiga en ti de vez en vez? Herido por tu huella sublime, te declaro invencible: eres mi más perfecto fracaso.

148

Estamos destinados a perdernos porque a medida que te alejas más cerca me tienes.

149

Lo sabías, pero insististe:
nunca se tiene el amor
porque el amor no quiere
más que atenerse al querer.

René Magritte, Nu allongé
150

El orgullo está para comérselo, no para escupirlo, y aun cubierto de lapos te hago saber que no pienso devolvértelos.

151

Sería un crimen negarte los placeres que sin tasa te di. Contigo fui memo antes que criminal.

152

Me sumerjo en las tinieblas para traerme a la luz. Y esto que vale para el pensamiento, es aún más cierto en las profundidades de tu cuerpo.

153

Busca en los demás tu noche el mediodía, y algún rayito de luz —de esa valiosa luz que no me sobra— con gusto te hubiera dado si quedase en ti oquedad donde verterla.

154

Si los miedos no pesaran tanto sobre los deseos, hasta podría sonar sensato exigirte que me reserves una noche sin culpa. Pero el mundo es lo que es y yo, que ando en él como un furtivo, debo volver a las sombras.

155

Sé que serás mi siguiente desengaño porque eres mi última ilusión.

156

Cuando te pienso, me figuro ser en tu compañía la dureza que persiste cuando las máscaras caen.

157

No lamentes tu ventaja en el placer, que pesar no podría contigo mientras sigas flotando por mí.

158

Sufro como si te conociera desde siempre y no tuviera ni idea de quién eres.

159

Mucho te precias de humanitaria y ningún reparo has tenido en desahuciarme de tu gruta, el único recinto sagrado que pude hallar en el mundo.

160

Encerrado me quisiste en una mazmorra de amor y enterrado me has querido después de haber burlado los muros de tu ciudadela.

161

Conservo el dolor de perderte porque en él te soy más fiel que en la jaula donde me querías.

162

Ni tú quieres perder más tiempo conmigo, ni yo debería regalártelo en vano. Recibe en lo sucesivo, a cambio de tu desdén, mi más empedernido bostezo.

163

Te quise sin fantasía porque mi fantasía eras tú. ¿Resultado? Sólo las ficciones sobreviven.

164

Como tú conmigo, aún sueño contigo a mi pesar. ¿Qué podemos hacer para no despertar?

165

Ojalá tuviera la suerte de no haberte conocido porque quien te conoce está perdido, condenado sin remedio a venerarte.

166

Te pido disculpas por ser mejor contigo que tú conmigo. Fingiré no haberme dado cuenta.

167

Evócame con el mismo regusto que saco de ti, pues no de otro modo tenemos futuro el uno para el otro.

168

Si tanta perspicacia sumas a tus encantos palpables, analiza en qué mamífero te conviertes cuando no desdeñas reprender la palabra que alabando tus lindezas las contraría.

169

Mayor sentido da el alborozo de una sola de tus miradas que todas las plétoras de la sabiduría.

170

Reboso en ganas de hacerte un nohijo.

171

Bajo la caricia agridulce de tus recuerdos pienso que algún día nos saludaremos con el mismo sosiego que los difuntos contemplan a los vivos.

172

Hemos explotado todo lo que puede ser tocado mediante la fusión de nuestros ojos. Pídeme cualquier otra reacción, menos que te ciegue con olvido.

173

Han puesto horcas en la ciudad para socorro de desesperados y un agujero negro entre nosotros.

174

Santificado sea este lecho con tus néctares para darle sacrilegio al diablo de mi cuerpo.

175

Sepulcro de sábanas inmaculadas, toda la cama para mí y nada de ti en ella.

176

No hagas pasmo si te brindo mueca de esquela porque contigo se me mató el amor.

177

Duerme sabiendo que aquí alguien te sueña despierto.


Arthur Fisher, Satyr and Nymph

3.7.14

RESALTOS

Todo es nada, pero después. Después de haberlo sufrido todo.
Antonio PORCHIA
Voces

Mi cuerpo siempre ha sido demasiado joven para mi espíritu. Por más que se apresure, por mucho que envejezca, nunca lo alcanzará.

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Ninguna presencia es tan necesaria que haga prescindible su ausencia e insoportable nuestra soledad.

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Los amigos deben darnos la oportunidad de ser buenos o dejar de estropearnos con afectos que encajan mejor en los propósitos del adversario.

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Hay soledades que ahogan y sociedades que asfixian, pero ni purgando los venenos de las primeras ni compensando el envilecimiento de las segundas puede uno cobijarse como en la serena aceptación de que unas y otras se exasperan mutuamente con sus pretensiones.

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Hiperletalidad. Si pudiera descomponerme en un instante con sólo formular un pensamiento, me sentiría capaz de todo, incluso de no formularlo jamás.

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Aligerarse. Vivir sin cargas, abandonar sin pesares: desde mi imberbe juventud, a través de los ciclos de aflicción y de alborozo, he tenido presente el primor de esta filosofía más allá de las crecientes obligaciones sociales, del porvenir nunca indigno de desdeñar y de las componendas por aventajar cualquier utilidad inmediata.

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Una vez se cae bajo el sobretodo de la edad adulta, el camino principal se bifurca entre la fundación de una franquicia genética y cultural, o la dedicación exclusiva a uno mismo. Sabido es que ambos itinerarios conducen a un desastre anunciado, pero al optar por el primero, que algunos llaman familia, la proporción de deterioros y damnificados se multiplica.

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¿Y tú, progenitor, me hablas de justicia? ¿Acaso es justo, so zopenco, traer a esta vida un ser que no te la ha pedido si tú mismo la arrastras como un mendigo cabizbajo a la espera de la limosna definitiva?

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Gemelos. Cuando nací, mi madre dio a luz a mi mejor amigo y a la vera, entre tinieblas, puso a mi peor enemigo. Todos somos accidentes, pero a algunos se nos nota más que a otros.

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Legado de humo. Las fuerzas son limitadas, la salud vulnerable, las alegrías volátiles, la voluntad engañosa y los años de pujanza veloces. ¿De verdad consideras que padecer fatigas por el éxito de una ambición es una causa respetable?

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Me gusta caminar junto al abismo, donde la sensación de libertad es máxima... porque ningún paso cierto queda en falso.

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La libertad que no sirve para servirnos, se disuelve en contacto con la falacia que la pregona.

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La inmensa cantidad de esclavos que ratifican con su actitud cotidiana la posición en que se encuentran no bastan para justificar a todos los amos que no merecen mandar.

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Entre las mediocridades que pasan por prendas de talento y las ignominias valedoras por el cuento propio o el ajeno, pocas deshonras hay más bochornosas que la de ser premiado por un gobierno habituado a convertir la disidencia en un asunto de orden público y a sus detractores en terroristas por el mero hecho de expresar actitudes críticas.

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Al margen de los trazos finos que las perfilan, las ideologías revolucionarias y las reaccionarias comparten un rasgo cardinal: son tan genuinas en lo que refutan como mixtificadoras en lo que propugnan. Lo único, por tanto, que tengo a bien rescatar de sus idearios no son los argumentos, generalmente espurios y supeditados a una tema doctrinal, sino el genio demoledor de sus respectivos artefactos dialécticos.

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Existen mentiras tan bellas e inteligentemente estructuradas, que al rechazarlas nos privamos del derecho a interpretar grandes verdades.

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Las mayores locuras se engendran cuando uno se obstina en ajustar a la razón las asimetrías, rarezas e irregularidades que esparce la realidad.

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De lo pésimo, al menos, puede afirmarse que suministra ocasiones para el noble ejercicio del sarcasmo; de lo que muchos estiman óptimo, en cambio, ¿qué cabe decir, sino evidencias eméticas?

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Echar brillo al polvo. No importa que seamos escombros del universo si aún podemos soñar la arquitectura que nos ha derrumbado.


Estatuilla del siglo XIV que representa a un hombre salvaje, icono mítico en el medievo además de tesis que los procesos civilizadores hacen acreedora de interesantes monografías, como The Wild Man: Medieval Myth and Symbolism, un trabajo de Timothy Husband publicado a instancias del Metropolitan Museum de Nueva York.
 
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