27.2.14

DECÁLOGO DEL ÁNGEL OSCURO

Mientras elaboro un nuevo decálogo que reemplace (o complemente) al que publiqué hace siete años, he hecho un poco de arqueología en los estratos más profundos de mis inéditos motivado por un relincho de memoria que manifestaba su querencia por un texto escrito con vocación vampírica al finalizar el siglo. Procede de un brevísimo artefacto que di en llamar Mecánica del limbo y algunas piezas dejó desprendidas por allá y por acullá. De su vigencia y atractivo literario no añadiré un acento; juzguen ustedes si su estética merece la restauración:

1. Tu Destino, tu Fiesta y tu Castigo es pervertir almas: enseñarles la perspectiva de las cimas para tentarlas después con las fauces del abismo.

2. Estás dotado de un organismo que respira con deleite la atmósfera enrarecida que se extiende más allá de la moral. Puedes permitirte absolutamente todo, pero de la elección del medio para lograr tus fines depende no sólo tu estilo, sino el calibre de tu rango.

3. La misión de ciertos individuos es la conquista; la de otros, ser arrastrados. Si bien conoces ambos mundos porque en tus venas escondes las llaves de palacios y mazmorras invisibles, a semejanza de los dioses denostados sólo descansas en el exilio. Tan sensible al veneno agridulce de la soledad como tus presas humanas, cederás a la tentación de rodearte de amigos que te honren: recuerda que el mejor de tus camaradas —aquel con quien puedes prodigarte— sólo puede ser otro diablo y, como tal, nada fiable. La misma precaución rige también para ti mismo.

4. En la amplitud de tu peligrosa existencia encontrarás a otros diablos con quienes medirás tu poder irrevocablemente. La naturaleza del combate se establecerá en función del nivel psíquico de los adversarios, pero hasta el más miserable oponente participa de la sacralidad eterna de la Guerra.

5. Tu posición nunca es estable, aunque tampoco te importa: tus ánimos proscritos extraen plétora del caos, sabes que el poder empieza a crecer reconociendo los propios límites. Te ocurre lo que al viento, que a pesar de ser liviano no puede dejar de soplar hasta volverse temible.

6. La avidez de almas es un vicio irresistible que constituye tu dieta esencial. Puedes depurar tu voracidad, ser selectivo e incluso frugal, pero el diablo que se contiene termina estallando.

7. Cada víctima exige una atención especial, transfusión de energía y vértigos de maravilla, aunque sean pocas las que tienen capacidad para soportar la intensidad de tu compañía. Tu carácter es antagónico, un entramado de sofisticación y brutalidad: a la vez que destilas vida, regalas muerte.

8. Pese a que tu territorio idóneo es el fondo de la noche, admitirás raciones de luz solar y distracciones banales para conservar la lozanía de tu morbosidad. Por el contrario, un exceso de vida diurna unido a la afición por la superficie de las cosas podría debilitarte irreversiblemente, como a la orquídea incipiente la mirada celosa que la sepulta.

9. Eres oscuro porque tus ojos iluminan. Todo lo aceptas porque con todo juegas. Y esta única certeza te sirve de talismán.

10. No sólo gozas de lo bello, sino que embellecerte es el homenaje más valioso que puedes ofrecer a tu noble estirpe. En el origen eras ángel y el gusto por lo extraordinario fue tu impulso para dejar de serlo, para caer.

ADVERTENCIA

La mediocridad de los mortales te imputará los rasgos que no se atreven a encarnar ni a confesarse. En cada época estarás expuesto a ser confundido con el retrato de sus más viles terrores: muéstrate tal como eres y te convertirán en un monstruo... ¿Sabrás guardarte de sus estrechos juicios sin concederles demasiada importancia? ¿Acaso no es lícito que el horror sirva de preámbulo para gozar de los grandes tesoros que te reserva el destripamiento de la Ilusión? 

· QUOD ERAT DEMONSTRANDUM ·

Detalle del manuscrito Omne bonum de James le Palmer donde aparece el Anticristo sentado sobre un arcoíris y flanqueado por dos hombres, todos ellos con el tercer ojo abierto en la frente.

26.2.14

REVIVISCENCIA

Un niño, disfrazado de ángel, se halló tan feo al verse en un espejo que se echó a llorar.
Alejo CARPENTIER
Oficio de tinieblas

Lo que natura se ahorró conmigo en belleza, a las musas se lo robo en agudeza: pareándome, eso creía... Sin poder hacer filis del sueño o tal vez encantamiento que desprende el retrogusto de la realidad, interrogué al perfume que vestías aquella noche de apenas mil días de resaca y, con el orfeón de mis tentaciones estrangulado en un quedo, obtuve por respuesta el estigma de lo que esquivamente suponía: «La vida en temple de aventura, venga como venga no disuelve la amargura que encaja. Si alientas de mí el primer paso, tropezarás contigo. Soy la mancha en tu verdad que no mata el beso de mi boca estoica, y aunque te lleve al conocimiento de lo sombrío burlando los límites de la humanidad, aunque sea yo tu víctima fatal en un escorzo de conciencia imperecedera, no te debes separar del alma que alumbra el rastro sinuoso: aprenderás lo que es perder toda esperanza, pero también el valor de crecer sin culpa y la grandeza de abandonarte para siempre sin temor».

La ilustración, procedente del manuscrito persa W 613 del Walters Art Museum, muestra al protagonista, remedo del ánima, rindiéndose al poder de un ifrit que momentos antes se había granjeado su confianza bajo el seductor aspecto de una bailarina.

18.2.14

EPATAR AL GEEK

El mundo, en general, tiende a simplificarse como si se vertiera en una edición infantil, fácil de entender, fácil de tragar; tan elementalizado como le gusta al patrón norteamericano, simple como la papilla planetaria que tiende a lograr la coloreada homogeinización global. Es decir, tan cercano a un guión de dibujos animados que en cualquier momento puede hacernos creer inmortales si es que, descuidadamente, no nos ha matado ya.
Vicente VERDÚ
El estilo del mundo

Hombre —aunque podría ser mujer— locuazmente provisto de retales culturetas para tapizar el buhedal de sus entendederas, barbiastroso y gafapasteado como signos delusivos del calculado abandono que ondean sus galas bohemias, prorrumpe en charla con la boca embutida de barbarismos como tracklist, spoiler, trending topic, handicap, nick, mainstream, feedback, shopping y otras verbimportadas gusaneras que roen, en la planicie de lo infrasémico, las abducciones del jaez anglomilitante. No es que su aspecto, logorrea inclusa, sea causa de exclusión para mí, y advierto ahora que mi facha lo mismo da para batidor miliciano que mojama de Mathausen, pero el único modo de defenderme de su exhibicionismo ultramediático exigió de mí el esfuerzo arcaizante de aplastarlo con la ayuda, en verdad inestimable, de María Moliner, cuyo par de tomazos admiten transliteraciones musculares perfectas cuando se ha de combatir al infiel que anda sermoneando demasiado cerca con el culo pirateado y la cabeza metida en el fóculo de la pantalla, «luz general sobre la torre o sobre el pueblo particular en que cada uno ha quedado bloqueado por los acontecimientos» (Furio Colombo).

No he podido averiguar el autor, o en su defecto la procedencia, de tan irresistible baile... ¿Alguna pista?

14.2.14

ESPOLETAS

El pueblo otorga el mando a los políticos a fin de poder:
— Obtener la seguridad sin tener que organizarse.
— Obtener acción sin tener que pensar o reflexionar.
— Robar, herir y matar a otros sin tener que contemplar el daño o la muerte.
— Evitar asumir la responsabilidad por sus propias intenciones.
Manual introductorio en programación, más conocido en su divulgación internáutica como Armas silenciosas para guerras tranquilas. El documento está fechado en mayo de 1979 y fue encontrado, supuestamente, dentro de una fotocopiadora adquirida en 1986 en una subasta de material procedente de la marina norteamericana.

Mi alma descansa en un lugar donde todas las pasiones desean echar raíces y ninguna lo consigue.

*

Irónicamente, las cosas más grandes que puede proporcionar el mundo son perseguidas con más ahínco por los corazones más pequeños que pululan en él.

*

Sabiendo que cada momento se halla exponencialmente prisionero de su infinitud, intentemos darle la extremaunción que merece.

*

La humanidad suele decepcionarme para bien, pues una vez perdida la fe en su capacidad para hacer del trato social un sensato entendimiento y fluido intercambio de intereses, cualquier acto de amabilidad sobresale como un regalo inesperado.

*

Las evidencias engañan con la misma precisión que las mentiras delatan a su autor.

*

Por firme y estable que sea uno en la entraña de sus valores, no ataca menos la necesidad de saber ocultarse frente a aquellos de quienes gusta ser querido mientras abandona al viento los vaivenes y altibajos que ni ante sí mismo puede excusar.

*

Estrenada esa etapa del propio descalabro en la que empiezan a vislumbrarse adecuadamente las virtudes de la sustracción sobre los vicios de la multiplicación y la moral, desprovista de supercherías, sólo puede mostrarse tal cual es, como una comparecencia estética de los achaques clandestinos y las más mezquinas manías, uno quisiera atravesar el último tramo de su vida libre al fin de las tiranías del cuerpo o entregado en exclusiva a los goces del mismo que lo arruinan, pero desatan.


Antes que imaginar el deseable final del juicio que la historia humana representa para sus actores desde un punto de vista teológico, los cristianos, dando muy ostensible ejemplo de resentimiento, prefirieron fantasear con la resurrección de los muertos tras el Juicio Final que vengará a los últimos de la Tierra situándolos primeros en el Cielo, además de enviar a los condenados al Infierno donde sufrirán eternas e indescriptibles penitencias. La ilustración procede la Biblia ilustrada (KB 76 F 5) conservada en la Koninklijke Bibliotheek de La Haya.

10.2.14

CENTRIFUGAR UN TRIÁNGULO

El que ha sido buen nadador en las aguas agitadas de la vida, nunca carece de fuerza para emerger de la corriente oscura y levantar su cabeza con valor.
Ernst Theodor Aamadeus HOFFMANN
Los elixires del diablo

Tres lados tiene el alma: presencia, latencia e inmanencia, y los tres están moldeados por la ausencia. La presencia es histórica, la inmanencia atemporal y la latencia el puente de espuma que une ambas orillas. El alma tolera todos los adjetivos porque es el sustantivador universal, el fluido perpetuo que gusanea la médula de cuanto late entre una potencia replegada y su mutante, accidentada existencia.

A la luz garitera de mi pensamiento, que es extensión del espíritu y producto en consecuencia del alma, no cifro en lo improbable la intuición de que al expirar el caudal de sueños que uno ha segregado quede en suspenso, encapsulado dentro de una dimensión ajena a los dilemas entre la vida y la no vida, preservados en una estancia desprovista de las veredas y demarcaciones que definen la territorialidad. Cuando vía palingenésica uno vuelve a rehacerse en su ser desde la nada, conecta también con ese bagaje onírico conservado intacto a través de los eones, circunstancia que proveería de certera didascalia a las premoniciones, explicaría con perspectiva las sensaciones especulares de las reminiscencias y remitiría a un sustrato preternatural las complejas estructuras simbólicas presentes en las pesadillas de los infantes, quienes de forma inconsciente pueden acceder a la totalidad nebulosa de cuanto soñaron en los días que con sus noches han de recorrer: eventos biográficos que gracias al alma se convertirán, como siempre, en la réplica exacta de sí mismos, centrifugándose de lado a lado hasta el infinito...

La sinestésica obra de Mathias Stomer se titula El laudista y el flautista.

4.2.14

DEL ESTANQUE REBOSADO

Una parte del ser que en tiempos se llamaba yo, ya está allí donde pronto se instalará el todo.
Hermann HESSE
Elogio de la vejez

Uno debería poder explorar varias vidas sin merma de lozanía para saber lo que quiere y otras tantas para intentar llevarlo a cabo, pero ha de bastarle una fracción de la que le ha tocado para aprender a desestimarse. Muy cercano en sentimiento al centro de esta mediana edad tan proclive a despistar los paralelos de la procrastinación con los meridianos nada claros del pronóstico, me imagino consintiéndome la experiencia de llegar a viejo aun sin haberme convencido la apología que autores a quienes admiro han dedicado al territorio menguante del vivir. Exonerado en crucial medida de las obligaciones rutinarias con la sociedad, siempre que mi salud no recale en la intransigencia puede que entregue mi ocio provecto a una relajada disciplina zen que dividiría entre el cuidado de varias colmenas de abejas mieleras, la confección de artículos de marroquinería y el dibujo en acuarela de las exquisitas vulvas de las amigas, amantes o modelos que se presten al juego de ser retratadas en este cariz. Hasta que eso suceda y mientras la disipación de mis fuerzas no vaya en consonancia con la pérdida cabal del sentido combativo, antes en todo caso de que las palabras se me traben en la dislexia que me vaticino, seguiré formulando mi antagonismo de forma recurrente. Hoy, como hace un mes, vuelvo a arañar por cuenta propia la arbitrariedad disfrazada de filantropía de cuantos cébanse hurgando en ovario ajeno:

Si el aborto no se respeta como un derecho, la reproducción se convierte en un deber cuyo cumplimiento resulta más atroz que el asesinato, pues el acto forzado de multiplicarse implica no sólo el homicidio del que nace, postergado pero seguro, sino el sufrimiento por decreto hasta su regreso a la nada de la que fue secuestrado, además de poner el vientre materno bajo sumisión a los temores, caprichos y obsesiones morales de los legisladores, que parecen eludir expresamente la lucidez de tener presente la polución demográfica que favorecen.

Había escogido para esta entrada la amable escena en la que Édouard-Henri Avril instaló a Safo con su cortejo. La muerte y la doncella de Hans Baldung, discípulo de Durero, resulta a todas sombras más apropiada.

3.2.14

INTRAVÍOS

No parece haber mejor palabra para calificar al ojo que la seducción; nada es más atractivo en el cuerpo de los animales y de los hombres. La extrema seducción colinda, probablemente, con el horror.
Georges BATAILLE
Historia del ojo

He abierto una cuenta en Pinterest pese a la mojigata censura impuesta por sus ideólogos a los contenidos relacionados con la aventura sexual de la carne —también he descubierto un truco para burlarla, dicho sea—. Podría haber optado por otra plataforma, como Tumblr, que a día de hoy puede presumir de no capar al usuario, y sin embargo he elegido la primera porque la estructura ácrona y compacta de su planteamiento ofrece un medio muy funcional para esbozar las líneas maestras del acervo que uno centrifuga desde la elocuencia prístina de las imágenes: trabajosa, sí, pero perfecta ocupación para dar uso a los ratos de cansancio y desaliño interior que de otro modo quedarían sin foco ni mirada; labor de selección infinita que apenas he comenzado y pretende, precisa aunque no urgentemente, eso que un buen amigo me sugirió: hipnotizar, ser un bálsamo visual de coqueta laberintidad, favorecer el intravío hacia un lugar donde esconderse para mostrar la construcción imaginaria de la realidad donde el hallazgo se reparte entre el objeto que se detiene y el ojo que lo anima.

Mar iluminado por la Luna de Koho Shoda.

 
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