PRIMER GOLPE DE VISIÓN: CONSANGUINIDAD CON DIOSES Y DIABLOS
1
La verdad está siempre en busca y captura.
2
A las verdades les crecen verdugos en no menor proporción que a las falacias patrocinadores.
3
Las verdades son tanteos que la inteligencia emprende contra el cerco de ilusiones que el vulgo acepta como única realidad.
4
Mírese la libertad como se debe y se verá que su indebido uso es no usarla.
5
Cuanto más hueca está la mente, más resuena en ella la interferencia de la actualidad.
6
No importa la meta, importa el rumbo.
7
Mientras que reaccionarios y revolucionarios leen el mundo con ojos de corrector, los radicales sabemos que la errata es el mundo.
8
Nadie sabe a punto fijo cuál es el aforo máximo de la Tierra, pero nadie que abomine de una vida insectoide ignora que se sobrepasó hace muchas generaciones.
9
Saber vivir es dejar morir los motivos que anudan lo que somos a lo que no necesitamos.
10
Cada innovación tecnológica parece diseñada con el propósito expreso de escarnecer al sensible, perturbar al despierto y noquear aún más al atrofiado.
11
La enemistad de muchos es cosecha segura de quien no cultiva sus sandeces.
12
Fosforecer en la intimidad es la forma de florecer que tiene el alma obligada a disimularse en un entorno hostil a sus potencias.
13
Lo último que descubre el individuo que se aventura más allá de la caverna es que ya está de regreso a ella.
14
La libertad vuelve terriblemente pueril a quien la teme.
15
Si la Muerte no es otra ilusión, nuestra victoria es segura.
16
Si «la religión es el opio de los pueblos», el trabajo es su metadona.
17
Todo pensamiento valioso comienza por el enfoque de esta aflicción: ¿cómo, ante la vida que arrecia, no elegiría yo si pudiera el retorno al santuario de la nada preuterina?
18
Mires donde mires, el horizonte estará siempre a la altura de tus ojos.
19
Tan disparatado es consentir que las «autoridades sanitarias» hayan decidido asfixiarnos en defensa de la salud como abogar por la protección de la infancia violando niños.
20
Pelear por la claridad mental es un deber que el lúcido asume sabiendo que perderá.
21
Tentación lógica de un espíritu escarmentado es pedirle a una pandemia que en verdad lo sea.
22
Los pueblos que no espabilan por sí solos imploran una catástrofe que los saque del sopor.
23
Nada como el éxito de una causa para conocer la calidad de sus promotores.
24
El mejor país del mundo no está, naturalmente, en el mundo.
25
El progreso que no empieza por uno, termina con uno.
26
Al enfermo de miedo hasta la tortura le parece medicinal.
27
Sólo un aquejado de esclavitud cree posible estar sano sin libertad.
28
La sociedad que entra en decadencia se comporta como un virus que ataca a los que no propagan sus síntomas.
29
Quien no se atreve a reprobar injusticias se hace acreedor a padecerlas.
30
El individuo tiene derechos que el pueblo ignora hasta que tropieza con ellos; a partir de entonces, los pisotea.
31
El vaso de la realidad nunca ha estado medio lleno ni medio vacío, sino roto.
32
¿Quién no querría apagar su vida de un soplido cuando la llama de cada aniversario se resiste a dejar de estar en vela?
33
Desde hace varias generaciones las sirenas sólo cantan en las fábricas.
34
Aprender del desencanto es detectar la tragedia colectiva en lo que parecían trastornos particulares.
35
Conviene a la inteligencia compulsarse con autores de otras épocas a fin de estar entrenada contra los lugares comunes de su tiempo.
36
A semejanza de una selva virgen, la salvación de la verdad depende de que nadie llegue a conocerla por completo.
37
Donde empieza la humanidad, termina el hombre. La hombría no radica en ser humano, sino en ser íntegro a pesar de esa condición.
38
Para que la sociedad engendre a un gran canalla es necesario que miles de invertebrados se pongan de acuerdo en seguirlo.
39
Nos gobierna el crimen organizado con el beneplácito de los que abdican de su soberanía dando un voto de obediencia a alguno de los escuadrones de gánsteres que integran la mafia parlamentaria.
40
Causas perdidas serán siempre las que no sepan ofrecer a los activistas pretextos para ejercitar sus peores vicios.
41
Cuanto más lógicos parezcan los hechos, con tanto más énfasis hemos de dudar de su realidad.
42
La celebridad no mejora sino las posibilidades de envilecimiento.
43
La imbecilidad de los aplausos tiene la virtud de resaltar la impostura de quien los recibe.
44
El circo más reprobable es el que se toma en serio a sí mismo.
45
La auténtica fuerza no aplasta al que está debajo, sirve de báculo al que renquea.
46
No pocos desean entregar su libertad con tal de que el vecino la pierda.
47
La revelación es una experiencia donde se abre un campo ilimitado para el entendimiento y ninguno para el dogma.
48
En el escaparate del progreso sólo hay sitio para lo último, no para lo mejor.
49
No hay error más bochornoso imputable al simio civilizado que el regodeo con que se profana a sí mismo.
50
Individualidad no es la forma singular de humanidad, sino de divinidad.
51
No detengas la mirada en tus congéneres, traspásalos con tu visión.
52
Que nada consuele a nivel humano no empece para que apreciemos en toda su amplitud el valor de una acción hermosa, la delicadeza de una omisión benévola y la pertinencia de una inspiración salvaje.
SEGUNDO GOLPE DE VISIÓN: CORONA DE ESCARMIENTOS
53
No desconcertarse ante un mundo desconcertante es estar de parte del desconcierto.
54
La inteligencia humana florece en los medios y se marchita en los fines.
55
La medida de la vida es una comedida confianza en sí mismo.
56
No hay quien a fondo se conozca y tenga buena opinión de sí.
57
Aun siendo el último árbol en caer, un espíritu despierto contiene todo el bosque.
58
Apostar por el futuro es el modo más vetusto de arruinar el presente.
59
Pocas actitudes debilitan tanto el valor de una virtud como la necesidad de justificarla.
60
El tiempo mejor consumido es el que se dedica a no hacer lo que hacen los demás para gastarlo.
61
Asombremos a los demás por el lugar que rehusamos tener entre ellos.
62
Se requiere actitud de epidemiólogo y estómago de limpiador para adaptarse a los coetáneos sin diñarla de asco.
63
Sin aptitud para contemplar nuestras propias emociones como personajes que se desarrollan dentro de una tragedia, seríamos una farsa andante.
64
El educado para servir no sirve para vivir.
65
A quien mucho teme, mucho le incita a ser temible contra aquellos que no comparten su cobardía.
66
Cuando el miedo entra por la pantalla, la libertad salta por la ventana.
67
Quien no cuestiona las órdenes recibidas, merece que le manden aniquilar a sus seres queridos.
68
No hay victoria si con ella se pierde la nobleza. Más brilla una derrota digna que un triunfo vil.
69
No es más perverso el malo por ser incorregible cuanto por ser pueril.
70
Hombre decente siempre será aquel que dude en todo de serlo.
71
72
Por los guiños de caridad que el destino nos hace seguimos probando suerte en la ruleta rusa de cada día.
73
Desconfía de quien perfume sus ofrendas con publicidad.
74
Crearse un prestigio ante los demás ha sido siempre menos arduo que justificarlo.
75
Con la grandeza crecen también los defectos que proyecta.
76
Si fijas tu precio en el aprecio, pecio serás antes que recio.
77
Líbrenos el desengaño de aspirar a todo lo que de todos no nos desunza.
78
El desasimiento que uno destila de las experiencias más amargas es cuanto puede perdonar a la existencia que no pidió.
79
La mayor fealdad del dogmático es la facilidad con que se toma en serio a sí mismo.
80
De poco vale sobrevivir si se sucumbe a la supervivencia.
81
Toda síntesis veraz del problema humano le parece insípida a quien no ha recorrido el laberinto de experiencias que la precedió.
82
No hay justicia sin venganza, pero la más justa venganza es la que justamente nos concedemos el derecho de no infligir.
83
Ningún temor parece minúsculo al minúsculo.
84
Porque todo cuenta, no todo vale.
85
El estado en que la humanidad quede a tu muerte hablará también del estado en que la encontraste.
86
Imposible actuar si se piensa que somos polvo e imposible pensar si se actúa como si no lo fuéramos.
87
La huesa no debe llenar el horizonte de nuestros pensamientos, sino aligerar con alas nuestros pies.
88
Ocupar el momento o estar ocupado a cada momento, tal parece ser la disyuntiva entre ser o tan sólo parecerlo.
89
Somos lo que a despecho de nuestro empacho guardamos dentro de nosotros.
90
El arma extiende su purulencia en el alma que la empuña.
91
El cínico necesita ufanarse de sus faltas para no sentir lo que le falta.
92
El perdón es un agravio para el enemigo incapaz de clemencia.
93
La indulgencia en demasía es gravosa para todos: ofende al ofendido que espera justicia y al ofensor que ve disminuida la importancia de sus actos.
94
Nunca faltarán mendicantes de notoriedad que se atribuyan los crímenes de otros con tal de adquirir envergadura por acciones que no podrían ejecutar por sí mismos.
95
Sudario es la piel para el aliento amortajado de tiempo que entre pecho y espalda trajina por «ganarse la vida».
96
Ninguna causa que triunfe es digna de confianza.
97
Una rosa puede perfumar una estancia, pero no una urbe. Una risa puede asimismo infundir alegría al rostro cómplice que la contempla, pero no a la multitud de resentidos que la censuran.
98
Dar entidad a los pensamientos y con ellos forma y lustre a la vivencia, poco más podemos hacer por enmendar lo incorregible.
99
Ser veraz sin provocar hostilidades es convicción falaz.
100
Cuanto más utilitaria es la verdad, más mixtificaciones oculta.
101
La amistad llega siempre a quien sabe ser amigo de sí mismo.
102
El poder de su influencia da tantas ocasiones de corrupción al vil como de virtud al noble.
103
Quien conoce el corazón humano sabe en qué se convertiría el suyo si de sus ventrículos no manara alivio a los indefensos, aunque él mismo lo sea.
104
La proyección social pertenece a los vicios, no a las virtudes del talento.
105
La moral entendida como una deuda permanente con los otros merece ser saldada con una duda a perpetuidad.
106
La filantropía procura a quien la practica una clase de satisfacción que sería más beneficiosa si no se llevara a efecto.
107
La inteligencia ha de custodiar las calenturas del raciocinio con impasibilidad polar.
108
El autoexilio, en su calidad de forzoso retiro al reino interior, no duele por cuanto tiene de alejamiento de la vida social, duele por no darse jamás en las condiciones propicias para sentirse por completo liberado del trato con los demás.
109
El fracaso no es la disculpa del éxito, sino su consecuencia.
110
Humillarse ante alguien que uno desprecia sólo es otro de los prodigiosos caminos que el orgullo inventa.
111
Demos gracias al obstáculo que nos obliga a elevarnos sobre el tapiz de las circunstancias. No es en el simulacro de la vida pacífica, sino en la vorágine de la tormenta, donde uno pone a prueba su temple.
112
Lo único que puede conciliar una idea moral con la realidad es su belleza.
113
La cortesía bien concebida consiste en ser franco con el inteligente y opaco con el memo.
114
Tan necesario como vivir con sentido es que este no se resienta por el que otros siguen.
115
Ningún fin moral es plausible si elude atenerse al principio elemental de no dejar tras de sí más estropicio del que encuentra.
116
Para Sócrates, según nos enseña el Fedro de Platón, la razón es el auriga del alma. Para el pensamiento humanista, accidentado en su propia sinécdoque, no hay más carro que el piloto.
117
Así como la marca de la baratija es su imposibilidad de envejecer, la obsolescencia precoz es el sino de la persona seriada.
118
Si por una suerte de encantamiento pudiésemos ver reunidos los animales inocentes que han sucumbido a nuestras voracidades, tendríamos que estar más muertos que vivos para no sentir la arcada del alma queriendo escapar del cepo de nuestras células.
119
No desear las ridículas felicidades permitidas es renunciar a encontrarse cómodo entre falsedades.
120
Querer ser feliz a cualquier precio es la más segura forma de adquirir la titularidad de no serlo.
121
No buscar la aprobación ajena es hallar lo que nadie puede quitar.
122
Lo más aberrante para un desengañado no es el mal, sino la estupidez de los que esperan bien del mal.
123
Flaquezas ayer vergonzosas hoy se exhiben con insolencia pendenciera. La actitud cambia, el complejo permanece.
124
Nada es tan chabacano en este siglo de petulancias que creerse único.
125
Pocas verdades aplacan más nuestros deseos carnales que conocer la calaña que los alienta.
126
Qué acertada serendipia brinda la lengua inglesa al pronunciar yo con un ay.
127
Piense uno en que se ha equivocado cuando los demás se empeñan en darle la razón.
128
Mal puede haber discernimiento sin detenimiento. Lo que no vegeta, no echa raíces.
129
No hurgues en el panal si no te gusta el veneno.
TERCER GOLPE DE VISIÓN: ANFITRIONES DE ALMA
130
Tal vez la creación posea un sentido general, mas captarlo sólo es competencia de la singularidad.
131
Aceptar los hechos nos vuelve cómplices de Dios, no del mundo, mientras preservamos la bondad de no aprobarlos.
132
La relación del alma con el tiempo puede prestarse a galanteos, pero nunca a un casamiento.
133
Todo el que no crea en el alma universal puede aún tener la pulcritud de no creer en nada.
134
La fe denota falsedad cuando se vive como solución, no como incógnita.
135
Descubrirse inventado es hallazgo de Dios.
136
¿Cómo contagiar el alma si hoy su luz ni siquiera goza de evidencia para la mayoría de los que han de tornar a su fuente?
137
La realidad empírica evoluciona según la inventiva humana; lo que la mayoría de los humanos ignora es que su condición varía según el poder de una imaginación que no es obra suya.
138
El Liber Mundi lo escribe el alma con tinta de subjetividad.
139
Indíquenme una posesión más valiosa que la de una visión inteligente de las cosas y escupiré sobre mis ojos.
140
Que las visiones del mundo muten con la historia nos recuerda que la mutabilidad también es producto de una de esas visiones.
141
Nada es trivial para el que sabe mirar, pero por cada reflejo fiel mil puntos ciegos marcan la pauta.
142
No añadir clavos a la cruz donde agoniza el alma habría de ser requisito de respetabilidad personal.
143
El azar es de provecho al juicioso que intuye que su suerte está echada.
144
El pasado es el substrato que nos sostiene, el futuro el horizonte que nos enmarca, el presente el instante paradójico que los recorre y la Muerte el acceso a la simultaneidad que engloba todas las dimensiones.
145
Los silencios son miniaturas de eternidad.
146
El infinito es infinitivo, la eternidad sustantiva.
147
El presente es tan hijo del pasado como del futuro.
148
El fin es obra del principio, pero aprehenderlo es obra del fin. En la estela de lo que fuimos vivimos mientras seguimos sin recordar que hemos muerto.
149
Quien sabe que no debe nada a la vida firma el armisticio con la Muerte.
150
Lo perceptible sólo es la exuvia de lo ignoto.
151
No es posible pensar cristianamente en Dios sin blasfemar.
152
Toda respuesta inteligente amplía el interrogante.
153
La respuesta a los problemas inherentes a la naturaleza humana acaece en un nivel distinto de donde se plantean.
154
Despertar es darse cuenta de la pesadilla en la que ya no es agible vivir.
155
El yo es un puño cerrado, el éxtasis una mano abierta, la Muerte un abrazo perfecto.
156
Hablar de «ego verdadero» o «yo superior» en alusión a la experiencia unitiva con la fuente primordial, alma universal o divinidad (predicados del mismo sujeto inaprehensible e interconectivo), es un residuo procedente de perspectivas más limitadas. La despersonalización que precede al éxtasis ocasiona una muerte del yo como una carga que estalla en contacto con la esencia numinosa que lo fulmina.
157
Proveernos de un arsenal de sentidos que nos guíen por el campo expandido donde conviven el primer y el último homínido, no más podemos aventurar la mente sin enloquecer.
158
Creer no basta para tener fe, se precisa dudar de todo hasta dejar desnudo el corazón ante el misterio central. La duda y la fe, como nudo y desenlace de un mismo proceso, no son fuerzas antagónicas sino complementarias en su lucha contra la falsificación de la experiencia.
159
Existen tesoros encapsulados en la más severa cotidianidad, al alcance de quien es capaz de indagar lo inefable sin salir de sí mismo.
160
Dios bendice con fortaleza a quien no quiere amos ni siervos.
161
En los últimos meses se ha detectado un descenso insólito en la actividad solar. Tal vez nuestra estrella se ha cansado de alumbrar memeces, o quizá el Artificiero le ha bajado la intensidad a sabiendas de que los zombis heredarán la Tierra.
162
La funcionalidad que la cibernética proporciona avanza pareja a las áreas del cerebro que desactiva.
163
Ya quisieran nuestros reductores telemáticos que fuésemos solo descendientes de antropoides. El ser humano es preternaturalmente divino y naturalmente demoníaco, condición irregular pero intermedia que nos convierte en pontífices donde se imbrican el mundo suprasensible y el inframundo.
164
Si se demostrara que el cosmos es la secuela de un accidente descomunal, habría que ser muy descalabrado para poder soportarlo.
165
Sin el conocimiento de lo sutil, lo útil corre como sombra detrás de lo inútil.
166
Hay luces pasajeras que evocan, no obstante, sacras claridades. Como la del espíritu que siente todo el peso del universo sobre su cráneo y nada bajo sus pies.
CUARTO GOLPE DE VISIÓN: CANTES DIGNOS DE GESTA
167
Cuando la adhesión a un régimen político se mide por el nivel de hipoxia, tiempo es de vendimiar crismas de tiranos.
168
La imaginación nos permite visualizar de forma realista las quimeras que otros balan como verdades.
169
Cuando una doctrina se niega a ser cuestionada en alguna de sus partes, lo cuestionable es la totalidad de la doctrina.
170
La verdad solo necesita hechos que la ilustren; el error, en cambio, necesita protegerse de los hechos por medio de constantes falsedades.
171
La perfección es una idea tan accesible que hasta un vulgar golpista fantasea con ella.
172
Pensar que la libertad satisface a la humanidad es atribuirle un mérito que sólo pertenece los anómalos.
173
Los totalitarismos del siglo XX infectaron de propaganda las democracias del XXI, que con su habitual desfachatez ni siquiera han tenido la gratitud de reconocer lo bien que les sienta esa patología.
174
El muro de las noticias oculta la realidad con espejismos que los adictos a la programación supresiva no se cansan de repetir, tal vez para terminar de convencerse a sí mismos de lo increíble que sería que los crédulos se contaran por millones…
175
Fabulación y letargo, causa y efecto de un mismo experimento social. Al pueblo hay que suministrarle la ilusión de participar, aunque sea en un desastre, a fin de que no dude del valor político que nunca ha tenido.
176
No es menester ser diplomado para saber que justo es desobedecer cuando manda la injusticia, pero es imposible llegar a semejante conclusión sin una partícula de dignidad que lata al otro lado del esternón.
177
El bobo sólo conoce la verdad cuando la padece, el militante ni eso.
178
Quien acepta de buen grado ser conducido al laboratorio del miedo hallará siempre el acceso a un estrato superior de su pesadilla.
179
Ser transportado a la cloaca de la historia no es lo más duro; lo peor es tener que aguantar durante el trayecto la saloma mediática de las marionetas que, en virtud de una anticuada deferencia, seguimos tratando como si fueran personas.
180
Donde fallan los principios, reina la estadística. Donde la estadística reina, los realistas son perseguidos por principio.
181
Amputados los últimos restos de libertad, la vida se arrastra con toda seguridad.
182
El humano actual es tan libre que hasta se le permite cambiar de sexo con tal de que no cambie su forma de pensar.
183
Dondequiera que se hable de «orden social», se confita la cruda convergencia entre el anhelo de envilecer que anima al déspota y el deseo de ser envilecido que adhiere al servil.
184
La «opinión pública» no atiende a razones, sino al que mejor engaña a los corazones.
185
La normalidad puede ser explicada como un holograma óptico: este posee la propiedad de distribuir en cada parte la información del conjunto que lo contiene, aquella inocula en cada ciudadano el germen de un sistema social.
186
No hay más opresiva forma de coerción que la ejercida por la conjura de los dóciles contra quienes objetan al acatamiento de tropelías ser y estar de parte de su «implementación», palabra corsaria en la agenda del miedócrata. Si el servilismo fuera una postura inofensiva podríamos apiadarnos de sus adeptos, pero su actitud se cuenta entre las debilidades más insalubres que puede padecer una época. El servil trae siempre en boca alguna excusa solemne con apariencia de licitud moral (cuales son las obligaciones laborales y sanitarias) para señalar como enemigos públicos a los detractores de la uniformidad donde corre a refugiarse de la responsabilidad individual que exige la libertad.
187
El efecto de la verdad es inocuo en la mente higienizada, por eso cuanto más eficiente es una tiranía menos necesidad tiene de censura. Enfrentarse al sistema o escapar de él no son opciones concebibles para el sujeto automatizado de la Era Agéntica toda vez que su sentido de la realidad es producto de la ingeniería psicosocial encargada de su adoctrinamiento.
188
El capitel de la columna vertebral es la conciencia capaz de sublevarse.
189
Un pueblo libre no paga impuestos. Los tributos son exacciones y estas han de entenderse como una onerosa marca de conquista.
190
Entre los bienes obtenidos con expolio nunca estará el descargo moral que persiguen sus beneficiarios.
191
El principal motor de la economía es la codicia, pero su mecánica depende de la envidia y su combustible no es otro que la deuda.
192
Entre las técnicas de la tiranía está la tiranía de los técnicos. Cambia el orden de los factores, pero la masacre es la misma.
193
El absolutismo del experto tiene su simetría en el fanatismo de la plebe.
194
Apelar a la ciencia para justificar una decisión política subraya la insuficiencia intelectual de quien la toma.
195
No ver en la sumisión al tirano sino el cumplimiento del deber demuestra que la complicidad, en su figura de colaboración necesaria, goza de una salud en democracia que cabe tildar de morbosa.
196
Respetar la libertad individual, no hay otro modo de garantizar la inmunidad de grupo contra los horrores generados por una epidemia de sumisión.
197
Salvo que la organización del establo nos domine por completo, no es posible amar la sociedad.
198
Si eres un buen apéndice del sistema, en el sistema encontrarás cuanto necesitas porque tu misión no es otra que satisfacer sus necesidades mientras crees que satisfaces las tuyas.
199
La cautividad selecciona humanos a su medida, que no son sino aquellos que se ajustan a la figura de un dueño.
200
No se vive impunemente con normalidad; ser normal implica la barbarie de haber extinguido tantas facultades como pueda suplantar la domesticación.
201
¿Cuántos suicidios por depresión nerviosa no causa la violencia en sordina de la presión social? Puesto que entre adocenados no hay quien pueda vivir en su sano juicio, se infiere que la ofuscación gregaria asesina.
202
Hoy el esclavo no reclama libertad para sí, la quiere para entregarse a otros amos. Libertad, otrora inseparable de la dignidad, que el votante promedio siente como un lastre que no vacila en soltar al menor reclamo.
203
La democracia es el clima social donde la máxima ambición tiene siempre a su alcance los frutos que menos merece.
204
Concluir que la democracia es la menos mala de las formas de gobierno supone tener en pésima estima a los gobernados y en demasiado crédito a los embaucadores.
205
La democracia como fin es el fin de la democracia.
206
Por cada bien que el progreso aporta, otros mil son saqueados.
207
El poder de la técnica extermina lo que toca para resucitarlo a voluntad en el paraíso postizo de la publicidad.
208
Cuanto más liberadora se anuncia una novedad, mayor sometimiento nos reservan los cambios que introduce.
209
Las prestaciones tecnológicas interesan en especial al que sólo quiere de la vida insignificancias.
210
Si la honra y prez de la civilización ha de conceptuarse por sus logros materiales, tomemos como referencia obligada la profusión de sus vertederos de personas (hay quien los llama ciudades).
211
La mayoría no se define tanto por su fuerza numérica como por el afán de consagrarse a ocupaciones que sólo una selecta minoría sabe despreciar.
212
Con el debido repudio de ambas, entre dictadura y democracia no hay diferencia de fondo sino de puesta en escena. Podríamos semejar esta relación con las sombras chinescas que proyectan los movimientos de unas manos teatrales.
213
Ningún partido político debería exhibir otras siglas que las del mayor corrupto que salió de sus listas.
214
Poco importa cuál sea la forma en que cristalice la democracia una vez que la normalidad ha caído rehén del mayor número de estúpidos.
215
A mayor número de electores, menor es la distancia que los separa del timo.
216
El consenso es en política una suma que de dos más dos obtiene cinco.
217
El político moderno es un experto ignorante en todo, menos en lograr que la sociedad ignore en qué es experto.
218
El izquierdista empieza flirteando con el poder y acaba de orgía con los sicarios.
219
Para el triunfo de una revolución son más aptos los pueblos que aman la opresión.
220
El socialista alaba al pueblo porque es el mayor activo de sus inversiones.
221
Se nos insiste que en materia de gustos «no hay nada escrito» porque a la mentalidad igualitaria le ofende que también exista distinción en la forma de juzgar el valor de las experiencias.
222
El liberal entiende por libertad avaricia sin trabas, el demócrata por democracia unanimidad a toda prueba y el socialista por justicia revancha con honores.
223
No hay partidista que reanude su tabarra sin el leal socorro de su idiotez.
224
¿Qué rico necesita el cochambroso corral de una patria teniendo paraísos fiscales?
225
La identidad cultural y el parentesco étnico consiguen que el patriota excuse barbaridades que, de ser otra su ascendencia, constituirían para él motivo de escándalo.
226
El enriquecimiento súbito dinamita las virtudes del menesteroso con una rotundidad sólo equiparable al envilecimiento del acaudalado que ve peligrar su fortuna.
227
El éxito del dogma progresista, a cuyo culto están adscritas tanto las izquierdas como las derechas, acelera el desbaratamiento no ya de la especie —categoría conceptual engañosa—, sino del alma.
228
La visión moderna del mundo es estrábica por definición, viciosa de zozobrar entre izquierdas y derechas por su incapacidad para enfocar el núcleo de los problemas que su actividad genera.
229
Entre las boberías de la izquierda y las groserías de la derecha, no hay quien entable una conversación de contenido político sin ser ungido ora con babas, ora con insultos.
230
Ningún gobierno democrático es concebible sin la prevaricación social que la mayoría irresponsable transfiere a una minoría de arribistas.
231
En este milenio de Procusto proliferan humanoides que buscan en el Estado un exoesqueleto que los proteja de todo, principalmente de sí mismos. Que los aterrados impongan su debilidad a los demás como letra de ley no difiere de decretar el uso de muletas a quienes caminan sin dificultad con el fin de que los tullidos se sientan compensados.
232
Hay una clase de eclipse que solo la
virulencia periodística puede lograr. «Negacionistas» son, en puridad, todos aquellos que cierran al entendimiento la trampa totalitaria en que nos han metido los señuelos masivos.
233
Secundar al que manda es costumbre que ablanda. Reblandecido como el cuerpo de un ahogado, el ciudadano ordinario prefiere ser arrastrado por la corriente a nadar.
234
Para la clase dirigente somos hormigas, y como hormigas respondemos cuando acudimos en masa a sus cebaderos electorales.
235
La libertad, en su sentido neto de soberanía con tantos pilares como individuos, es el sostén de una sociedad consciente de dónde termina lo apropiado y dónde empieza lo expropiado.
236
Hasta la risa nos prohibirán los mezquinos conciliábulos de asesores; si no expresamente, multiplicando los motivos para lamentarnos a cada instante de existir. Prohibir, empero, nunca es señal de dominio, sino de endeblez intrínseca. Cuanto más prohíbe un mandatario, más destapa sus vergüenzas y con menos vergüenza es detestado.
237
La soberbia extrae de los gobernantes lo mismo que el miedo de los gobernados: monstruosidades.
238
El pasatiempo más preciado de quienes ostentan el poder no es ser obedecido sin rechistar, enriquecerse a costa del esfuerzo ajeno, recibir la unción del prestigio o fijar la memoria de los acontecimientos según su interés; su más preciado entretenimiento ha sido, es y será despojar a los demás de dignidad.
239
Bajo cualquier despotismo, nobleza obliga a abstenerse de servir como lacayo.
240
Los pueblos que el mercenario no ha destruido los amansa el evangelizador para que el turista los remate.
241
No pocos problemas de ámbito local tienen su origen en soluciones de carácter general.
242
El acceso de los infantes a una educación homogeneizada garantiza que en la edad adulta puedan ser explotados sin abandonar la creencia de que son libres.
243
Así como para el iletrado todos los libros valen lo mismo porque todos están cerrados a su comprensión, para el analfabeto educado por la democracia todas las opiniones son igualmente respetables porque es incapaz de pensar por sí mismo.
244
Ser reducido a la esclavitud por no poder hacer frente a las deudas y tener que trabajar para sobrevivir son, en esencia, dos modos de contar la misma historia.
245
En ningún lugar los hombres son más fáciles de manipular que allí donde prima la afición al bienestar. La ideología de la prosperidad nos ha hecho a todos opulentos de necesidad.
246
Tan dependiente de la aprobación panóptica es el primate progresado que la vileza empleada para lograrla no le importa.
247
Los hijos de la sociedad del espectáculo soportan mejor el vilipendio que la indiferencia.
248
Los proyectos utópicos nunca fueron tan deplorables en su tosca concepción del ser humano como los consuelos cursis de «pensar en positivo» que la demagogia reparte entre su audiencia.
249
Debilita más el ánimo vivir según las pautas de una cultura ñoña que bajo la bota del espanto.
250
El poder siempre ha velado por que vivamos de la manera más cívica posible: sin percatarnos de nada.
251
Todo orden es frágil cuando está mal planteado. Lo grande se corrompe por descuido de lo pequeño.
252
Cuando uno mira en derredor no puede sino constatar que tan raro como un líder honesto es un estadista cuya muerte no suponga alivio.
253
Acéfalo, agéntico, agnósico, alienado, anómico, apócrifo, aséptico, automático, averiado, axénico: así podría empezar el abecedario de la Nueva Domesticidad.
254
El pensamiento libre sólo interesa al académico a título póstumo.
255
No hay posición social que pueda ser ocupada sin tragar inmundicias, de suerte que ser decente no concierne al nivel donde estamos en un momento dado, sino a aquel donde nos ponemos en todo momento.
256
Debemos a las congregaciones monoteístas la confusión deliberada entre ser una criatura del Incognoscible y un criado de señor conocido. Los credos que hicieron triunfar esa concepción trucada pasaron de moda, pero las prerrogativas clericales sobre los asuntos de conciencia perduran en la tutela del conocimiento que, maquillada de legalidad, tienen los poderes públicos.
257
No sólo el fútbol ha demostrado ser una formidable herramienta mediática de control social, el propio funcionamiento de los sistemas parlamentarios parece descansar sobre premisas futbolísticas, ya que son necesarios dos equipos para que haya partido y ninguno de los contendientes, por muchas que puedan ser sus discrepancias superficiales, cuestionará las reglas de juego a las que debe su carrera.
258
Amén de la vanagloria de sus penitencias de carbono por el deterioro de la matriz terrestre, arrógase el ecologista la insolencia de juzgar a los demás en nombre de esa señora presuntamente damnificada.
259
La positividad del derecho es una fortaleza construida sobre la ciénaga de su origen dudoso.
260
¿Quién tomaría en serio la fuerza de la ley si la ley del más fuerte no la respaldase? El Estado de derecho ha hecho una concienzuda labor de prestidigitación institucional para que esta arbitrariedad avasalladora sea menos explícita que en las sociedades tradicionales, pero igualmente efectiva.
261
La magia y la política tienen procedimientos que emanan de tradiciones antitéticas. Estamos ante un fenómeno político cuando muchos crean ver lo que el poderoso quiere; la magia, por el contrario, consigue que los cegados vean… aunque no lo quieran.
262
Es normal que de tanto en tanto el proletario haga ruido porque es en la periferia donde más chirría la rueda.
263
Uno está obligado a volverse extraño a sí mismo si no quiere volverse extraño al unimundo salido de las cadenas de montaje, los anuncios publicitarios y las consultas de psicoterapia.
264
También la luna, recolectora de los suspiros de tantas generaciones cautivas, luce encarcelada en una órbita sin salida.
265
Lo que ninguna teoría de la evolución ha tenido a bien contemplar es que las especies se desmadran por pura y simple mala leche, no por una ventaja adaptativa.
266
Yerra quien piensa que el agricultor está vinculado al terruño por conocimientos superiores a los requeridos para instrumentalizar el pillaje del medio; yerra porque no acierta a imaginar siquiera el nivel de implicación cognitiva con el entorno que una sociedad de cazadores y recolectores necesita afinar para mantener su subsistencia sin dañar su delicado equilibrio con otras especies.
267
La facultad humana que ofrece más resistencia a la diálisis mental prescrita por la tecnocracia es la «conciencia religiosa», si bien para ser exactos la invocación de ambos términos peca de pleonasmo: conciencia y religión van unidas como hoja y clorofila, como sed y venero.
268
Tan seguro como la estridencia que emite el lavadero de cerebros a pleno rendimiento es que te llamarán alucinado por indicarla.
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Wojciech Siudmak, Steel Cradle |
QUINTO GOLPE DE VISIÓN: UN HOLOCAUSTO NOS ACUNA
269
A cualquiera se le puede perdonar que sea, pero no que sea de cualquier forma.
270
Las grandes preguntas de la vida lo son no porque carezcan de respuestas, sino porque suscitan a cada generación renovadas evasivas. Que la vida reanude su proceso de transmisión depende, en suma, de los pertinaces que ignoran, contra toda evidencia, la gravedad que pesa sobre la condición humana.
271
Reunir el desapego necesario para impedir que una atrocidad se reproduzca es lo mínimo para no convertirse en otro inmisericorde complacido de sí mismo.
272
Si realmente queréis estar inmunizados contra los estragos de la existencia, detened el derramamiento de vuestra malhadada estirpe.
273
Sólo siendo un cínico o un insensato se puede imponer la vida, y su escabrosa repetición de calamidades, en nombre del amor.
274
¡Cuán impotente sería el Mal sin el vasallaje de los úteros!
275
Es alarmante la cantidad de sujetos residuales que logran colar sus excedentes biológicos en el mundo. En la Troya mítica los invasores recurrieron a un caballo de madera, en la real con una placenta es suficiente.
276
La vulgaridad alcanza cotas penosas cuando quiere sus herederos.
277
Nada nace sin que la ignorancia oficie como imprenta de un solecismo atávico.
278
Jugar a ser dioses deja de ser una diversión inocente en cuanto engendra trauma de vida. Ese y no otro fue el fruto prohibido que puso a la pareja más famosa de patitas en la historia.
279
Considerando que el plagio del pecado original carga en otros su castigo, el único resarcimiento hacedero de la inercia reproductiva es que muera en nosotros.
280
No imitemos a la colonia que nos circunda si no queremos llenarla con el triste espasmo que la fecunda.
281
¿Por qué no abortaste, Eva? ¿Por qué no te hundiste, Noé?
282
Según las reglas del chantaje más viejo del mundo, los hijos son rehenes de los padres como estos lo son de sus jefes. Rescatemos nuestro afluente de alma multiplicándonos por cero.
283
Más allá de la intencionalidad del acto y del cariz con que se adorne, procrear equipara a las víctimas con la crueldad de este gulag planetario.
284
Nada puede salvar la sociedad de su declive, pero siempre cabe la posibilidad de agravarlo con nuevos comensales.
285
Que todo lo bueno nos falta es el mejor indicador de que sobramos.
286
Si los humanos somos hijos de la Bestia, cada individuo yermo es un coto de Dios.
287
En mente sabia no entran hijos.
288
La obediencia mimética del individuo a la norma social es la forma que los mayores gestores de la estabulación tienen de incrustar en las mentes la falacia de que existe una deuda primigenia que cada generación está obligada a saldar con los demás, cuando lo cierto es que los únicos deudores, tanto en términos morales como nutricios, son los padres respecto a sus hijos, a quienes han expuesto sin ninguna necesidad a las imponderables vicisitudes de la existencia.
289
¿Acaso arrojar nuevas camadas a la fosa común del tiempo, desgracia harto evidente al corazón que no se miente, no constituye una aportación de relevistas a un holocausto perenne?…
290
«¿Por qué los hombres usan su inteligencia para causar su propia ruina en vez de usarla para preservar la felicidad? ¿Por qué están más inclinados al mal que al bien?», se interrogaba Erasmo. Los hombres son «más inclinados al mal que al bien» porque son legatarios del mismo mal que los tienta a ser padres.
291
No debe culparse a la naturaleza de haber unido cuerpo y alma en cada vida que nace, pero no existe disculpa para los seres que, teniendo capacidad para discernir las bondades de la esterilidad, aborrecen la ruptura del encadenamiento generacional sin el menor reparo hacia su descendencia.
292
Las soluciones nefastas son prolíficas porque la mayoría prefiere mortificarse a morir.
293
La humanidad, como cualquiera de sus instituciones, se hunde en sus heces por exceso de sí misma.
294
La ingenuidad invita a creer que ser bueno y estar vivo es posible, como si el humano no fuera el único animal cuya mera sombra causa hartazgo.
295
Ningún acto, excepto quizá la clonación, supera en narcisismo a la decisión de reproducirse. Ahórrennos, papases y mamasas, la salmodia sobre el sacrificio que la crianza de sus pequeñas excrecencias demanda, la fatuidad no ha sido nunca gratuita.
296
Su diseño evolutivo ha hecho de las mujeres proletarias en potencia. No en vano, desde la pubertad hasta bien entrada la madurez, llevan una bomba demográfica en sus entrañas pidiendo guerra; razón probable para explicar que haya tan pocas con aptitudes filosóficas durante el arco de edades en que pueden gestar, y sin duda un doble motivo de encomio cuando toman la sabia decisión de mantenerse estériles.
297
Lejos de excusarse por haber nacido del mal, el hombre de virtud encuentra en su desdichado origen la mejor razón para dar buen fin a sus días.
298
La apología de sus excesos sigue al natalista como la flatulencia al indigesto.
299
Hoy es normal que haya muchedumbre hasta en los bolsillos, pero la mayor parte del tiempo no fue así. El humano perdió el sentido homeostático de la medida, la proporción cabal entre lo que podemos y no debemos hacer, cuando se aficionó a almacenar víveres, criar siervos que cultivaran el agro y organizar una milicia que defendiera sus posesiones. La vanguardia de un cambio de paradigma que invierta la labor sacrílega iniciada con la domesticación de campos, que hubiera sido inconcebible sin el olvido de la sabiduría anterior e impracticable sin el descoyuntamiento de personas, no está en la movilización de los cabreados, sino en la conmoción de
los luminiscentes cuya resistencia íntima al paso de la corriente
ilumina su propio camino a la par que sirve de baliza a los demás. Conmoverse, no moverse, distingue al ánima del autómata, lo que expresado con palabras de Esquirol significa que «v
ivir no es vivir, sino darse cuenta».
300
En una sociedad organizada en clave de asepsia la mugre se acumula en las mentes.
301
Por inasequible que sea la obra maestra que podrían concertar los humanos interrumpiendo su perpetuación sobre fundamentos a cual más bueno, bello y verdadero, cada día transcurrido camino del colapso alerta que para los desatinos de nuestra atormentada y atormentadora especie no puede haber redención sin rendición.
SEXTO GOLPE DE VISIÓN: ESCAPAREMOS POR LA CHIMENEA
302
Bajo una óptica muy comprensible, la historia es una concatenación de decepciones que tiene su mayor chasco en la frustrada extinción del alicrejo humano.
303
El muerto de miedo ni vive ni deja, pero apesta en todas partes.
304
La convivencia pacífica con el prójimo solamente necesita un requisito: no sufrir vecinos.
305
A menudo tienen los demás la mala costumbre de volverse soportables cuando nos ahorran la necesidad de actuar con tacto.
306
El desalmamiento generalizado no está exento de ironía: imaginemos la contrariedad de la Bestia cuando no encuentre almas que sobornar.
307
Las sucesivas escalas del itinerario vital más parecen puestas para apear el seso que para afianzarlo.
308
Es casi imposible discutir con alguien inteligente y casi imposible no hacerlo con quien se cree listo.
309
Ineptos para construir un mundo libre de razones para la crítica, los defensores del progreso piensan que la razón está en perseguir a sus críticos.
310
No existe la «envidia sana», pero contra la «envidia cochina» abunda la automedicación de indulgencias.
311
Digna es nuestra especie de ser amada; amada como ama la espada la carne de su adversario.
312
Mucho ha vivido quien comprende a cada personaje del elenco y saca en conclusión que ninguno lo representa.
313
Que los escenarios de la historia cambien no debe ser impedimento para dilucidar su continua repetición de personajes.
314
Habida cuenta de que somos remodelados a imagen y semejanza de lo que sentimos, la belleza abierta a las interacciones es tan necesaria para el desarrollo de la inteligencia como la grosería de las formas seriadas, refractarias a la amabilidad, lo es para la civilización.
315
Retumbar es sonar a tumba, a los golpes que el espíritu enterrado en vida asesta al féretro de la actualidad.
316
En la capacidad para sostener la mirada del abismo está la genuina talla individual.
317
De los humanos se dice verdad cuando se afirma que, en su mayoría, confunden conocerse a sí mismos con retratarse.
318
Por preclaras que sean las cimas coronadas por el entendimiento, nadie consigue estar allí sin engañarse en el espejo infiel de cada día.
319
Siempre he sido más de arco que de lira; de la cuerda que cuanto más tensa está, menos delira.
320
Basta exponer a un pusilánime a la luz de la verdad para que se agoste suplicando una lluvia de esperanza.
321
Los amigos son parte del oasis; los cónyuges dilatan el desierto.
322
Si me pusiera tremendista, podría decir que nunca me ha preocupado la ruptura del suministro de alimentos: debidamente rasurado y eviscerado, no hay humano que no sea tan comestible como un marrano.
323
Nuestra condición egoica soporta con dificultad la intensidad emitida por una persona ejemplar. Lo primero que hace cuando conoce a alguien dotado de las virtudes que admira, es buscar sin descanso indicios para reprobarlo.
324
No conozco ninguna sociedad fundada por los hijos del fierro que no haya sido modelada por una codiciosa combinación de canguelos y envidias, pasiones que incitan a los individuos a mezclarse en el coso de las intrigas civiles con el supremo propósito de machacarse entre sí.
325
Es bien sabido que llamamos humano a lo que más alejado está de la discordia y falta de firmeza que nos caracterizan.
326
El estado natural de un alma despierta es la melancolía; la realidad casi la prescribe, y hay que ser sin duda un verdadero robot para sentirse integrado en un mundo calibrado por y para el triunfo de las máquinas.
327
El deseo es la rémora del espíritu; un peso tan necesario para anclar la vida a las circunstancias como superfluo para navegar en ellas.
328
Casi nadie obtiene de su existencia el significado que podría, sino el justo para seguir soportando su realidad cucarachesca.
329
Tanto da que uno venga de la escasez o del hastío, el agotamiento será toda su recompensa.
330
No querer lo que se puede ni poder lo que se quiere: las dos orillas desbordadas del abatimiento.
331
Asumir la propia estupidez es un embrión de inteligencia; pregonarla ante los demás, un aborto seguro.
332
No menos necedades ha inspirado el amor a sus detractores que a sus partidarios.
333
El amor a la verdad rompe el apego al ego. Nada verdadero da el amor que desea poseer a quien quiere; el amor de verdad se desprende porque quiere sin poseer.
334
Lo que más me gusta de una mujer es que no sea mía.
335
Menos descorazonador es ser odiado en la aldea que ser despreciado en la corte.
336
«Lo maté porque no era capaz de callarse»: un juez como es debido admitiría tal confesión como acto de legítima defensa.
337
A las inteligencias alérgicas a este destartalado cortijo las une más el disgusto que el agrado, la conciencia de todo lo que resulta abominable que el pegamento de las perversiones compartidas.
338
La más poderosa profilaxis no es el distanciamiento social, sino la inmersión en una multitud de proximidades.
339
No adrede tiene el misántropo la visión más generosa de los hombres, pues hace falta una desilusión irreversible sobre las posibilidades de la condición humana para relativizar la depravación de cada individuo en su trabazón quimérica, como una cabeza más de la hidra que somos.
340
También somos hijos del sistema pecuario que abominamos, representantes involuntarios del despilfarro demográfico del colectivismo unimundista. Ser consciente de esta filiación es crucial para entender la adscripción real de nuestros actos.
341
Bajo la bóveda de la psique, «cielo intensificado» según Rilke, la verdad no es tanto la objetivación de los hechos como la claridad de la constelación que subtiende entre ellos.
342
Conservar impolutos los objetos domésticos es una manera de procurarse la sensación, irreal pero dopante, de que el tiempo no pasa por su poseedor.
343
Rico se cree el exiguo que en vez de valores tiene variables.
344
Denota mayor credulidad quien sostiene que una superstición mantenida durante milenios carece de sentido que quien la practica aun ignorando su porqué.
345
La inflación humana, con su cultura autorreflectante, sólo puede extender su control sobre la naturaleza disminuyéndola, luego disminuyéndose. Disminución in crescendo: no es otra la munición de nuestro tiempo.
346
Dejo el mundo civilizado a quienes gozan con sus nimiedades, pero ese mundo no me deja en paz porque extender su mácula parece estar entre sus mayores diversiones.
347
Cada día encuentro más personas necesitadas de poner dos metros de tierra sobre sus cabezas. Tampoco yo puedo visitar un cementerio sin morirme de envidia.
348
Más raro que un comunista extraño a la envidia es que alguien sensible no sienta, después de haberse codeado con sus paisanos, la necesidad de una peste como Dios manda.
349
Hace tiempo que el telón cayó y lo que ahora se alza es el polvo que la civilización levanta a medida que se derrumba.
SÉPTIMO GOLPE DE VISIÓN: REALES JUEGOS DE FICCIÓN
350
Quien dice la verdad, se queda solo. La comunicación sólo es posible entre soledades.
351
La escritura es criatura de cultura, partitura que sutura su ventura en la lectura.
352
El lector inteligente debe explorar el texto dispuesto tanto a la resistencia como a rendirse a la clarividencia.
353
Cuanto menos fragmentaria es la escritura, más alejada está de la experiencia.
354
Escribo a trozos porque estoy hecho trizas.
355
El autor, si es honrado, escrito está en lo que escribe como proscrito de sí mismo, de otro modo el universo no se transparentaría a través de él.
356
El artista completo está en fil como partero y sepulturero de su obra.
357
Casi nadie sabe modular su voz de acuerdo con la importancia de lo que dice.
358
Llamando al pan pan y al vino vino, nos quedamos sin provisiones para el camino.
359
Debemos a la curiosidad gatuna más de siete lenguas.
360
La originalidad encuentra a sus portavoces como la fontana al cauce.
361
Entre la monotonía de los arquetipos y los delirios de la poesía, curva la imaginación el domo de su simbolismo.
362
Las ideas exánimes atraen a los adjetivos como un difunto a los arreglos florales.
363
La verdadera vocación ni pide ni espera.
364
Vivir de las musas es una suerte que suele excluir a los genios.
365
Casi ningún artista conoce el privilegio de callar lo que debe decir.
366
El silencio nos arrulla con palabras mayores.
367
La única realidad cuya pérdida no es posible paliar con otra ficción es la imaginación.
368
Quiérete si quieres, pero no más que a tu obra.
369
Ningún dolor humano alcanzaría el paroxismo de la desesperación en su encarnación del drama innato cuando halla la gracia de expresarse con solvencia.
370
Espesas hasta volverse irrespirables son las brumas de nuestro porvenir. Lo que tenemos por delante es un viaje heroico a través del nicho domiciliario que espera ser narrado con el nunca agotado género de los cantares de gesta.
371
Mientras los pensamientos consignados por escrito no parezcan horribles al ciudadano común, todo indica que su autor debe seguir arriesgándose en territorio vedado.
372
El autor que no reconoce sus vergüenzas prolonga en su estilo las ajenas.
373
No herir con la palabra, hendirla como un soplo de brisa en las estancias viciadas que el lector abre con su atención.
374
Nunca se sabe a ciencia cierta quién toma la palabra cuando uno argumenta demasiado en defensa de una idea, si el orate, el impostor, el fanático o el truhán.
375
Desde que estoy en guerra contra una época que sabotea mis posibilidades de tener una vida hermosa, firmo las estrellas fugaces con el autógrafo de un sólo deseo: tener una muerte dichosa. AMÉN.