Un hombre debe hacer lo correcto no solo por respeto a los demás, sino ante todo para poder contemplar algo respetable cuando mire dentro de sí mismo.
2
Si no eres capaz de tomar conciencia del mal que te invade es porque ya te ha poseído.
3
No es cuestión de cambiar el mundo a mejor, eso sería esperar que lloviera hacia arriba, sino de impedir que el mundo nos maligne. La raíz inalterable, fortaleza inexecrable.
4
Que aquí haya expirado la luz en pleno día no es razón para ocultar que el sol brilla en otra parte.
5
Tanto como el abrazo de la luz, árboles y almas necesitan un abrigo de oscuridad para crecer.
6
Al que camina deprisa, el tiempo lo rehuye. Al que camina sin risa, el menor traspiés lo derruye.
7
Todo momento es crucial si uno entiende la intersección entre verdad y mentira en sentido extramoral.
8
Acostumbrarse al miedo es el virus más grave que un ser humano puede incubar. Más feo es el espíritu doblegado que el derribado.
9
Ver a la muchedumbre unificando emociones en estos tiempos recuerda demasiado al saludo romano ante un caudillo con bombachos como para no sentir el horror de los pogromos madurar en el rumor de los aplausos.
10
El horror a los horrores, el amor al amor libre y el placer de crear placer son la secreta alianza de los que viven apartados del hedor común.
11
Los coetáneos somos tan insignificantes en la historia de nuestra especie como la historia de la Tierra en la eternidad.
12
La mayor objeción que cabe hacer a las tesis conspiracionistas es que la inteligencia humana, bastante limitada por término medio en cualquier estrato social y cultura que se estudie, está difícilmente capacitada para conservar a lo largo del proceloso devenir el poder que eventualmente concentre alguna camarilla de aventajados. Desde cualquier ángulo que se analice su modo de operar, la inteligencia aplicada al control de grandes eventos es más eficaz aprovechando la confusión del escenario que diseñándolo.
13
El desdén hacia el papel de las conspiradores en el curso de la historia corrobora más que desmiente su victoria, pero creer que cada cambio relevante materializa la agenda de un comité invisible solo prueba la nostalgia teocrática de una corte suprema. Figurarse que el mundo está bajo control sigue siendo para muchos una idea menos temible que la metástasis social.
14
El verdadero desastre, el colapso que subyace bajo la acumulación de tanto humano dislate, es el desarraigo axiológico. El mono parlero ha dejado de acudir a la fuente perenne y hoy vaga fuera de sí por un desierto de vanidades en ruinas.
15
Si la humanidad no para de grado, será parada por fuerza. Y lo tétrico no es que vayamos a sucumbir como cucarachas, sino que sobrevivamos a su imagen y semejanza.
16
Los caracteres óptimos de una especie, como nadie ignora, dependen del medio donde se desenvuelven, luego si el medio impone condiciones pésimas de vida a la especie que lo habita, los ejemplares más aptos son aquellos que mejor concuerdan con sus deplorables exigencias. En consecuencia, cuando en este frenopático los degenerados motejan de locos a los descomunales será porque la cordura está de parte del motejado.
17
Pensar a lo grande es volver habitable lo pequeño.
18
Los temores son tumores que se crían con rumores. Hagamos de la crispación generalizada un elixir que tonifique la infinita virtud del desapego, que como arte es más largo que la vida y más solitario que el canto de un autillo.
19
Hay quien teme por amor, hay quien ama por temor y hay, finalmente, quien confunde el apego con el amor. Sospecho que la mayoría responde al último perfil.
20
No por aceptar lo ineludible ha de aprobarse como conveniente.
21
La apelación a lo científico es el nuevo abracadabra, pero lo único que este sortilegio abre son hornos más eficientes en las instalaciones del infierno.
22
Desde que existen, los aviones siempre han sido pájaros de mal agüero.
23
Reconocerse atrapado en la nube del no saber despeja la mente de ofuscamientos menores.
24
Al socaire del orgullo encrespado se pronuncia la vergüenza herida.
25
A nadie se conceda el gusto de hallar una fuente de orgullo si busca saciar en otro la sed del suyo.
26
Cuando alguien niegue tu orgullo, aun si lo hace desde la afirmación del suyo, agradécelo. No se trata de «poner la otra mejilla», la clave es no ofrecer ninguna.
27
¿Por qué los biólogos, antropólogos y psicólogos, entre otros auscultadores del animal humano, se resisten a destripar la evolución de nuestra especie bajo el foco de la entropía universal? Si lo hicieran, a buen seguro habrían de alcanzar conclusiones muy distintas de las expectativas acostumbradas; tendrían que admitir, como un pronóstico elemental, que ningún sistema social es inmune al caos y que cada generación está condicionada, por dinámicas inexorables, a agravar las taras de la anterior. Humus humano, léase así la historia de quienes somos.
28
Por doquier es acosada la inteligencia porque nada detestan más los multitudinarios devotos de la idiocia que tropezarse con el espejo donde se descubren tal cual son.
29
Cuando el humano se esmera en sofocar el deseo, la nada irrumpe en él como deseo absoluto.
Algis Griškevičius, A Girl with a Kite |
30
Nunca he sido receloso de mis deseos hasta que empezaron a cumplirse. Apóstata de sí mismo sólo puede serlo quien antes fue apóstol de sus hipérboles.
31
Querer más es saber menos sobre lo que necesitamos.
32
Para causar un desastre cualquier útero sirve. En cada bebé que nace, el enemigo pace.
33
Contados con la cuenta de su cuento están los pasos de cada hombre.
34
El alma es al ser lo que el hueso a la carne. Del ser humano actual los cuestionables mecanismos de selección civilizadora han conducido a un logro inusitado: el solecismo evolutivo de obtener un primate invertebrado.
35
Se avanza hacia el centro, se cae hacia la periferia.
36
Naturalizar lo artificioso y enajenar lo natural son los perfiles característicos de la desfachatez moderna.
37
El poder adquisitivo que valoro es de índole conservadora: no el poder de comprar, sino el de no estar obligado a poner en venta las facultades que amo.
38
Mientras que el racista defiende la pureza de sangre por abjurar de su bastardía, el mesticista postula que cualquier mezcla es potable con tal de rechazar el mal trago de la evidencia.
39
Sea cual fuere su tinte ideológico, en todo tiempo y territorio el gobierno detenta la fuerza para contener las injusticias que él mismo comete.
40
Nadie me diga que el perro es bueno cuando ataca porque acata órdenes de quienes la iniquidad ha convertido en amos; nadie me excuse su rabia como si fuera un deber cuando la mayor responsabilidad de un servidor público es evitar daños, no infligirlos.
41
Hay algo más nauseabundo que la pervivencia de intenciones salvíficas en las instituciones públicas y la deriva profana de los cultos que tenían por misión preservar viva consciencia del misterio: la normalidad que celebra como un triunfo ambos extremos.
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Entre la inutilidad del temor a lo irremediable y la necedad del miedo a lo remediable, el hombre ordinario naufraga en la barbarie.
43
La austeridad teje de nobleza los andrajos.
44
Rehusando con gracia lo inapropiado se da más de lo requerido.
45
Ningún hombre querría ser más que otro si fuera consciente de que pugna por ostentar la mayor mierda.
46
Pensar nunca tuvo menos vigencia que en el exiguo marco de una pantalla. Actualizado como usuario, el humano corea lo que no piensa.
47
A medida que el terror se globaliza, los villanos piden corral a sus líderes anhelando la avenencia de la pertenencia. La nostalgia de fronteras no solo responde a la ilusión de mantener un interior ordenado frente a un exterior abominable, también alza muros intangibles entre individuos por temor a que el discernimiento campe a su arbitrio.
48
En política, las recetas universales son un método infalible para achicharrar pueblos.
49
Concebida en su plenitud, la fe no es convicción sino asombro revivido.
50
A la vida más dilatada años le faltan de experiencia y a la más breve conciencia días le sobran de dolencia. La araña del instante planta su mordedura donde la lacra perdura.
51
La imaginación del demiurgo se objetiva en la naturaleza, la de los hombres en la historia. Toda la realidad empírica puede leerse como un palimpsesto sobre un soporte ficticio.
52
Con las mujeres la naturaleza incrementa su crueldad, sería una impostura disimularlo, pero muchas, creyendo sin ningún resquicio de duda o de pudor ser soberanas de sus cuerpos, deciden multiplicar el daño que recibieron al nacer de igual manera que un colaboracionista pone su capacidad de perjudicar a otros al servicio del opresor.
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Dios no ha muerto, aunque bien enterrado lo traen con cada palada de prole en la fosa común del tiempo.
54
La línea recta es tan antinatural como dar vueltas a los años para llegar al mismo sitio de donde nunca debimos salir.
55
Pocos son los procreadores dispuestos a reconocer que se han equivocado al haber entregado a sus hijos como rehenes de la existencia con la muerte como única salida, luego salvo escasas irregularidades el dogmatismo es un hábito de firme arraigo en la actitud de quien usa sus órganos sexuales como un arma de colonización.
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Nada es más contagioso que la sandez y nadie menos sanable que el estúpido atiborrado de información.
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Mejor indicio de que uno se halla en el averno no lo hay sino en la incomprensión con que son recibidas sus sátiras.
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Ningún arte es menor si acierta a unir centro con centro.
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Ninguna obra debe ser juzgada en virtud del molde; su valor empieza por el modo que el contenido tiene de desmoldarse desde dentro.
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«No me pagan por pensar», protesta el ignaro, vendiéndose por nada a quien quiera pensar por él.
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Darle al tonto la tontería que pide no parece cosa tonta, sino explosiva.
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Hasta hoy hemos tenido una dictadura recién maquillada; a partir de mañana, una recién levantada.
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Si todo está en su sitio, ¡pardiez!, ¿por qué nada está donde debe? El nacimiento de un ser humano secuestra para la dimensión material o demiúrgica una parte del alma universal que la dimensión divina, en los extramuros del espaciotiempo, solo recupera con su muerte.
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Para una mente perpendicular, los progenitores son, por mucho que intenten disimularlo, los mayores proveedores de alipori. Parece coña, pero en sánscrito «el mal», en el sentido de conducta pecaminosa o rendida a la desmesura, tiene por nombre pāpa, que es el antónimo de subha o armonía de lo bueno y de lo bello, concepto este que encuentro asimilable al de kalokagathia en la cultura helénica. Elocuente serendipia filológica, porque los papis son, en efecto y por defecto, engendradores de vyasana, vocablo que se puede definir como la tribulación del ser arrojado a la mazmorra del despedazamiento temporal.
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Mucho se lamenta, y en verdad no podría darse una honesta disculpa, el incremento de ecosistemas moribundos, recesivos a causa de la devastación que la actividad humana causa en ellos, pero raramente se hace bandera de los organismos desprovistos de entorno que no solo fuera, sino dentro de una misma especie son empujados a la extinción por carecer de otra salida que el ostracismo biológico en un medio que perciben incorregible y hostil en contraposición a quienes, infradotados de sensibilidad o recurriendo a estrategias de disonancia cognitiva, excusan tanto sus penosas vidas como las contribuciones generativas a la calamidad general. Desde este trágico punto de vista, los retobados ingenésicos estamos en el siglo como delfines varados; somos, si se acepta otro símil, anacrónicos dientes de sable que nada, excepto una dichosa consunción, esperan de estas tierras asoladas de uno a otro horizonte por la plaga de la civilización.
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La doctrina que prescribe honrar al padre y a la madre es una canallada: exige que la víctima de un acto terrorista bese los pies a sus verdugos.
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Estimar una cultura por su pericia para producir riqueza material equivale a caer en la ilusión semántica que confunde tener con saber.
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Las opiniones y creencias más ridículas conocen como ninguna otra usanza la vanagloria de expresarse con solemnidad, lo que no es mala pista para sospechar que bajo los barnices de una compostura demasiado ceremoniosa no es infrecuente que se embocen memeces sin medida.
Escéptico es quien estudia la historia como un género narrativo, analiza las estadísticas como un disparate metódico y examina las noticias como un epidemiólogo curado de espanto contra los hechizos que aspiran a callar la clara voz del pensamiento.
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Escéptico es quien estudia la historia como un género narrativo, analiza las estadísticas como un disparate metódico y examina las noticias como un epidemiólogo curado de espanto contra los hechizos que aspiran a callar la clara voz del pensamiento.
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A medida que la vitalidad abandona nuestro envoltorio orgánico, la naturaleza de las instrucciones que lo animan se tornan escandalosas.
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Nada pesa tanto como la inanidad de las ilusiones. Así lo reza el fiel de mi báscula.
El trauma inicial del nacimiento necesita la cura iniciática del renacimiento a fin de poder transformar la deuda existencial impuesta en la energía liberada del don.
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El trauma inicial del nacimiento necesita la cura iniciática del renacimiento a fin de poder transformar la deuda existencial impuesta en la energía liberada del don.
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Con tal de no admitir la crueldad intrínseca a la existencia, los optimistas hacen sufrir a los demás su pueril manera de alabar el mundo.
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Cuando, como es habitual, los procreadores se quejan de la ingratitud de sus hijos, refuerzo el pensamiento de que sus herederos están confeccionados con el molde de sus bajezas con este lúcido refrán: «Quien bien tiene y mal escoge, por mal que le venga no se enoje».
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La respuesta del barro está en el cielo.
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Para el grueso de humanos cuya conducta explicita el «estado agéntico» de conformismo funcional, no hay verdad superior al cumplimiento del mandato, sea este directo o abstracto, real o ideal. Así pues, los mandatos representan el principal obstáculo para la inteligencia que a riesgo y ventura, sin postrarse ante nada ni nadie, busca hasta la muerte la verdad que salpica de vísceras el firmamento.
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No conozco por entero la verdad (con algunos añicos me entiendo), pero sé que estoy en lo cierto cuando a cambio de franqueza recibo mentiras.
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Solo creemos estar en lo cierto mientras ignoramos lo que es falso. La duda comienza abriendo caminos en la mente que concluyen, antes que con la muerte, con el asalto de una certeza.
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Entre los recurrentes motivos que explican la popularidad del miedo a la muerte, la mayoría obvios y otros no tanto, destaca la obligación de entregar al término de la vida lo que no es de nadie, ese don que ni uno mismo tiene derecho a retener y que más le valdría haber ensayado a dar cuando aún podía aprender: el alma.
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Cosecharás tu valía cuando sientas sin pesar: «Lista está esta mies para la siega». Quien renuncia a sobrevivir a cualquier precio, todas sus deudas salda con este mundo de sombras.