1.3.20

MIRANDA DE ALLENDE YO

Bruno Schulz, Autorretrato
El ser humano, por su naturaleza, está condenado a lo sobrenatural. 
Frithjof SCHUON
Las perlas del peregrino

1

Quien usa reloj, pierde el tiempo.

2

Depositar la razón de una causa en su éxito es malograr su fin como principio.

3

Que la máquina social no se detenga ante las peores expectativas que le augura su marcha proporciona la mejor prueba de que ha dejado de funcionar.

4

Tan bien nos sienta la muerte que cuesta creer lo que vivir denuesta.

5

Los hijos son una clase especial de residuo para la que solo cabe el rechazo preventivo.

6

Sólo el amor a la belleza del conocimiento alivia el nocimiento que lo acompaña durante su peregrinaje por el continente adverso de la carne.

7

Ya que nos ha tocado ser anfitriones de un alma que anhela el desenlace de la materia, hagamos bella su estadía mientras seamos incapaces de extinguir las barreras que la sujetan.

8

Atiende a la interioridad y la exterioridad proveerá.

9

Los hechos exteriores están ahí para ilustrar los acontecimientos del alma.

10

No importa llegar, importa que el camino a cada paso nos llegue.

11

Asegúrate de elegir una ruta enrevesada si no quieres ir directo al abismo.

12

Los normales llaman locos a los raros en los albures donde envidian su singularidad.

13

La arrogancia del culpable pretende que con el perdón se olviden sus crímenes, la de la víctima exige que con la inocencia se le debe, por defecto, la razón.

14

Sólo un error supera al hábito de suponer que la mente humana es un atributo acabado en vez de un sistema abierto y modelado por vicisitudes evolutivas: el error de pensar que todos los integrantes de nuestra especie hemos evolucionado a la par.

15

La historia humana es una superposición de réplicas a partir del seísmo original.

16

De la matriz de los pecados nadie salvo el estéril sale impune.

17

Quien acepta el sufrimiento como un denominador inexorable de la existencia resulta menos vulnerable a sus estragos, pero solo quien lo acepta como un mal indeseable detiene motu proprio su reproducción.

18

Una pregunta formulada en términos erróneos siempre obtendrá respuesta.

19

Inmejorable pista de que los interrogantes no son desatinados es la sincera hostilidad que reserva para ellos la sociedad.

20

De la presencia de individuos lúcidos dentro de una sociedad sería oscitancia inferir que sus coetáneos también lo son.

21

Cumplir años no es un problema en sí mismo, el problema es que la sociedad, posesa de actualización, los cumple por sistema contra sus mayores.

22

La voluntad adultera lo que ama.

23

Ni amor obliga, ni preña barriga.

24

Deseo no es derecho, pero derechamente se tuerce quien le niega a su condición lo que ha menester por natura.

25

Cada porción de lo existente, por el aparente hecho de ser, abre una ventana a la gracia de una realidad transfigurada por su significación intemporal.

26

La realidad cambia su comportamiento en función del conocimiento que se tiene de ella, al igual que lo incognoscible se altera al compás de esos cambios como el esbatimento del cuerpo que intercepta un haz de luz.

27

Acuidad es divisar el tizne en la blancura; no atisbar fulgor en la negrura, ceguedad.

28

Aun contra todos, uno ha de ser fiel a su percepción más lúcida so pena de empezar perdiéndole el respeto a sus sentidos hasta acabar perdiéndole el sentido al respeto.

29

Que las necesidades gregarias disminuyan a medida que se desarrollan las capacidades cognitivas puede ser una afirmación abierta a controversia, pero negar en rotundo que lo contrario sea cierto es inequívoco síntoma de imbecilidad.

30

Nadie es menos reacio a la dicha que quien encuentra modos de iluminar a los demás sin eclipsarse a sí mismo. Quien bien recibe, bien da.

31

Los amigos que lejos de estimular nuestras facultades las desbaratan por hacer prevalecer sus intereses, demuestran hasta qué grado se ocupan del trabajo que ya quisieran hacer nuestros enemigos.

32

No somos libres de ser lo que somos; lo somos de ser lo que no somos.

33

Todo lo que existe es verdad, maguer no todo lo que es verdad entraña que sea verdadero.

34

Nada como recibir primicias sobre pandemias para percatarse de que la infección más peligrosa son las noticias. Las alarmas sobre virus actualizan del sistema.

35

«¿Qué utilidad cabe darle al conocimiento si al sabio no hace más feliz que al ignaro?», se pregunta el aprendiz de filósofo, como si hacer habitable lo ignoto donde la conciencia ha de cocinar su desamparo fuera un arte menor.

36

En atención a lo visto en estos días de enredos y malsinerías globales, no sería falso colegir que la formación académica es parte indispensable de la dote que los recién llegados a la edad adulta deben aportar a su compromiso con la sandez de ser personas «de provecho».

37

Pocas cosas estropean más una actitud gentil que entregarse a una carrera multitudinaria.

38

Si un poder ha evidenciado a mansalva su triunfo, es el que la sociedad superpoblada tiene para volver pultáceos a ricos y pobres por igual.

39

La libertad de opinión no favorece tanto la expresión libre de temores como el eco libre de pudores.

40

A la malevolencia lo inteligente no es encasillarla en el numerador singular, sino ubicarla en el denominador social que le corresponde. Hecha esta operación, sus posibilidades de propagación a expensas de complicidades inconscientes disminuyen.

41

Que una atrocidad pueda ser defendida apelando a leyes o principios universales representa un grado de depravación mayor respecto a la misma yactura cometida sin pretexto, pues en este caso al menos su artífice no se arroga el derecho de actuar en aras de una moral superior.

42

«Educadas falsedades» de nuestro siglo, como acierta a denominarlas Gai Eaton, son las complacientes arrogancias de los países que se dicen democráticos y, para convencerse de sus libertades civiles, se afanan en hostigar las culturas divergentes como enfermas de usos y creencias que es prioritario sanar.

43

Lo que tienen en común los sistemas sociales, amén de la autopreservación que obran de suyo, es la repulsa de la emancipación intelectual que rompe el molde único de su orden interno.

44

A tenor de los desmanes que su papel como profesional le exige de ordinario, la diferencia entre un buen policía y una buena persona tiende a infinito.

45

No dejes que el cortisol piense por ti. Tan temerario como no afrontar los problemas es aferrarse a la búsqueda de soluciones imposibles.

46

El hombre civilizado se engaña creyendo que las sociedades pueden funcionar sin barbarie, pero el cínico no se engaña menos creyendo que la dosis de cultura es irrelevante para la calidad de ese funcionamiento.

47

La guerra ha cambiado de armamento y escenarios, pero no se ha vuelto menos destructiva por ello. Sus víctimas ahora son eminentemente civiles cuyos organismos se averían y apagan a consecuencia de agresiones sistemáticas que tienen lugar dentro del ordenado marco de la normalidad. En cuanto a los campos de batalla, sin considerar que carreteras, centros de trabajo, geriátricos, prisiones y frenopáticos son asimismo líneas de fuego extendidas por doquier, solo los países de mayor musculatura económica pueden exportarlos fuera de sus fronteras.

48

El uso de la fuerza adquiere para los animales racionales un encanto irresistible cuando parece servir a metas elevadas. Y si la ira de los mansos es temible, la de los nobles ideales no tiene parangón.

49

Viéndola declinar generación tras generación en su porfía por acaparar descubrimientos técnicos, excedentes materiales y vidas que inmolar en el altar de su inflación, nada parece menos inapropiado que aducir que la humanidad perdura para ilustrar, en cada neonato, el recuento de sus holocaustos.

50

Por el acto de la creación el ser humano se libera, siquiera de manera momentánea, del calvario de sus pesadumbres; por el acto de la procreación se convierte, por el contrario, en promotor de nuevas patentes de la Caída.

51

El enfermo pide salud a su estrella fugaz, el sano buena suerte, el afortunado sabiduría, el sabio no pide nada y el necio cualquier cosa que pronto le hará enfermar, agotar su suerte y minar sus posibilidades de esclarecimiento.

52

Las teorías conspirativas seguirán ganando simpatizantes porque halagan de una manera congruente nuestra propensión a la racionalidad. Ante la incertidumbre que rodea la elucidación de los acontecimientos, parece más asumible creer en las acciones de un orden encubierto que dirige la historia, por descabellados que puedan resultar sus planes ocultos para el ciudadano medio, que aceptar la entropía por donde discurren de forma irremediable las vidas de los hombres, grandes y pequeños.

53

Marionetas orgánicas sin hilos, inalámbricas, tales engendros podemos con rigor considerarnos los humanos. Si existe una conspiración de gran calado atribuible a nuestra especie, es la que cada uno elabora consigo en la resonante intimidad de su bóveda craneal con el ánimo de entender por qué actúa como actúa. Complácenos imaginar como verdad que somos de lance en lance autores de nuestros actos, y la mayoría vive convencida de que en efecto es así, pero bajo la máscara que aparta al contemplarse en el espejo de sus reflexiones nadie, a menos que sea un orate o un memo, puede sustraerse a la autenticidad de descubrir que sólo es un lector crónico, reminiscente de sus propios días.

54

¿Qué buen lector limitaría el amor de su entendimiento a las páginas de un único libro? ¿O qué buen amante restringiría sus caricias al capítulo de un solo cuerpo? En la lectura, como en la vida, abrazar la monogamia es condenarse a la inanición.

55

La ciencia solo es un método de investigación, una forma de conocimiento entre otras muchas posibles, y esperar de ella una visión completa del mundo es pedirle que se encargue de una función que corresponde a la filosofía, la religión o, en última instancia, al gusto estético personal.

56

A los listontos de la ciencia materialista la conexión mística, y aun el mismo concepto de anima mundi, les parece una idea que peca de ser demasiado «subjetiva», como si lo que procede de los adentros careciera de valor, o como si el origen de su metodología no fuera un antojo de escuadra y cartabón.

57

Solo conocemos al demiurgo por la estela que dejan sus obras y estas no hablan bien de él. La ciencia moderna lo sabe desde sus albores y es así como se explica que haya llegado a convertirse en una forma de gnosticismo que, en lugar de remontar las esclavitudes de la materia, ha hipotecado sus empeños explotándola con el poder creciente de la técnica. Otra forma de decirlo es que los catequistas de esa ciencia, bajo la advocación de Fausto, se han especializado en sabotear las antiguas disciplinas de la gnosis a fin de que su teurgia sea el evangelio definitivo.

58

La fe puede ser una hermosa aliada de la inteligencia, y no la tea del discernimiento que algunos gaznápiros exaltan, cuando en vez de cerrarse a la duda la acepta como cicerone en los infiernos.

59

Todo accidente que predisponga a comprender nuestra insalvable transitoriedad contribuye a irradiar de perennidad el ser que somos. Si la sacralidad tiene sentido como aptitud, es porque confiere al orden de las cosas perecederas una textura luminiscente donde se revela la inmanente contextura que sutura, al transverso de la eternidad, predicados absolutos en la relatividad del sujeto.

60

La voluntad de transformar en dogma la experiencia mística es un sacrilegio contra la ciencia visionaria del espíritu.

61

Cada vez que tropiezo con un testimonio dedicado a enaltecer el amor a Dios, sé que me hallo ante una eclosión tan arbitraria de antropocentrismo como el rechazo habido en las imprecaciones que tienen por objeto profesarle aborrecimiento. De hecho, en razón de la sinrazón que las coordenadas sentimentales, demasiado edáficas, deben al anhelo de acotamiento de lo inaprehensible, si hay algo que los estados de gracia trascienden son los limitados y limitantes juicios emitidos por las pasiones.

62

Sabemos que mientras soñamos somos dioses que ensayan cosmogonías con los elementos del imaginario; sabemos asimismo que en ausencia de esta ración diaria de divinidad perderíamos la cordura; lo que le falta a lo poco que sabemos es que los propios dioses, sumidos en el trance de despertar de la vida, no son sino sueños pasajeros de un Dios dormido.

63

En los sueños trabamos memoria de otros sueños que apenas hallan remembranza en estado de vigilia, un indicio fidedigno de que en paralelo a nuestra parábola por el reino de lo factible prosigue la biografía de nuestros avatares oníricos.

64

Es un acto de vanidad, y no parvo, reprocharse lo que ninguna mampesada incrimina.

65

Dos posibilidades antagónicas pero igualmente verosímiles para explicar un hecho obligan a suspender el juicio, luego tan arbitrario es afirmar que la vida es un sueño como que no lo es.

66

Tomar la llave por la cerradura es un sesgo representativo del espíritu que adolece de apegos doctrinarios; igualar el ojo de la cerradura con el horizonte que aguarda al otro lado de la puerta de la individualidad es, antes que un error, la fatua consolación del yo que aún se aferra a su estrechez.

67

Se goza del beneficio de la duda cuando se comprende que nada en verdad se tiene porque nada se detiene y que esta verdad basta para detenerse ante todo el esplendor que el ser contiene.

68

Si pensar es extraviarse en pos de un encuentro furtivo con la certeza, creer es encerrarse en un búnker diseñado contra cualquier irrupción intempestiva de lo real.

69

No se entienda cada brete donde el sino contraría a sus cautivos como una instigación de la Providencia a poner a prueba la humana valía; mejor entiéndase como un hito donde ecualizar el temple sobre las miserias que urden a cada tramo la existencia.

70

A mayor penalidad, la mayor merced aviva el desasimiento.

71

Si sabio es comprender sin necesidad de creer, humano es creer sin necesidad de comprender.

72

Obra en vano quien de su obra espera que obre en otros su encarecimiento.

73

Por amor al engreimiento la virtud acarona recompensas fuera de sí misma.

74

El ego pide a cada momento compensación; el alma, empero, busca solo contemplación.

75

La elevación sin compasión deviene soberbia, pero la compasión sin elevación se atora de gazmoñería.

76

De otro nadie puede ser juez porque en todo uno sólo es parte.

77

Quien a sí mismo se conoce es humilde por consecuencia, y quien a los demás conoce desde esa humildad ganada, señero se vuelve por necesidad.

78

Si solo fuera violenta, no sería la bestia humana tan fea como la pinta su historial.

79

Su arrollador éxito en el progresivo encanallamiento de las especies sería la mayor tragedia del animal humano si por pintipararlo con una hazaña evolutiva no hubiera hecho algo más vil que abanderar su proceso de henchimiento indefinido: abrazar la adaptabilidad a todo celo como ultima ratio de ser.

80

Porque la vida es el requisito previo para dar bastimento al mal, porque el mal es intrínseco al ciclo de perpetua transformación de la materia y porque ningún deleite es ínsito a la aciaga condición humana, el Bien Supremo —con justas mayúsculas— solo puede ser fuera de las perversidades de haber nacido.

81

¿Qué puede ser más lógico para una criatura disminuida que abogar por el crecimiento teratógeno de la sociedad? Antes que disculpas por haber incrementado el hacinamiento que afecta a los moradores de este penadero, los autoproclamados costaleros de la indolente cofradía de los progenitores se deben a sí mismos una toma de conciencia por haber reproducido el mal creyendo, ¡aúpa inopia!, hacer un bien. So capa de impunidad, el olvido del pecado original dispara la multiplicación de negligencias genéticas e iniquidades ontológicas. Mejor exida tendrían los humanos de su industriosa pero catastrófica empresa de adaptación a la carne si cundiera la sensibilidad necesaria para extraer de la catarsis individual, cuya didáctica es profiláctica, una fuerza mayor que el empuje proporcionado por el seguidismo que glorifica la violencia procreadora. Negarse a ofrecer sacrificios humanos a Cronos o perpetuarlos con las vidas de los propios descendientes, a eso se reduce el rito sanguinario de pertenencia donde la feracidad y la ferocidad se unen hasta que Tánatos las desanuda.

82

No hay humano concebido sin el primordial pecado de mímesis. Incluso la más bondadosa de las tribus humanas está condenada a practicar la violencia por el mero hecho de perpetuarse, ya que dar la vida a quien no puede pedirla ni rehusarla es un tipo de agresión que solo puede compararse con el acto de arrancarle el vafo por la fuerza a quien no desea morir.

83

«Lo opuesto al juego no es el trabajo, sino la depresión», escribe Marcos Vázquez. Lo espinoso es que en las encorvadas sociedades del rendimiento donde subsistimos los trabajos tienden a ser demasiado deprimentes y las depresiones demasiado laboriosas para no ver en ambas realidades la cara y la cruz de un mismo oficio, el de pobre diablo.

84

No movamos a nadie a engaño sobre la abundancia efectiva que puede suministrar el capitalismo. El problema es a costa de qué sutiles riquezas obtiene su opulencia material.

85

Desprovisto de mentalidades jibarizadas, el gigantismo industrial no habría pasado de ser un delirio anecdótico, exento de repercusiones reseñables. Para nuestra desgracia, no ha sido así. John Gray lo explica de forma sin par al hilo de las mixtificaciones que han configurado la modernidad: «En lugar de dejar que sus días transcurran en una aburrida desdicha sin sentido, los que practican la persecución pueden verse como participantes en una lucha entre el bien y el mal».
La perturbación moral de nuestra época no tiene su origen en la hipotética muerte de Dios ni en el calamitoso efecto de los parches absolutistas que las masas han buscado en las ideologías para suplir la orfandad en que quedaban frente al tiempo, sino en la monomanía que los adoradores de Mammón con sus deficitarias almas mantienen al estricote hasta que el excidio nos alcance.

86

Herederos somos de lejanos ancestros que sabían lo bastante de sí mismos para contenerse imaginando las monstruosidades del crecimiento. Recuperar esa aptitud arcaica para espantarse ante el titánico despliegue de pretensiones socapa de civilización representa nuestro más ilustre legado.

87

La idiotez de una sociedad es proporcional a su densidad demográfica.

88

Atrapados como estamos en la escafandra mediática de un régimen de vigilancia permanente, la verdadera y bien heroica hazaña sería trocar los manidos quince minutos de fama por otros tantos de anonimato.

89

Si anómalo es que en todo lo descubierto haya poblaciones que respeten el voto de ingenesia, la hormesis reductora de necesidades, el uso manumiso del tiempo y la imperturbabilidad anímica que, como prendas de interioridad, caracterizan el buen retiro, bienaventurado sea el disidente epistémico a quien le es posible acogerse a su ascesis de alejamiento cuando arrecian los dictados sociales.

90

Adular al vulgo es el modo que el demócrata tiene de masturbar a las no menos vulgares élites.

91

Pocas osadías son hoy más peligrosas que cuestionar la cesta de la compra de quien se jacta de no tener creencias.

92

La censura es superflua donde la tiranía es subrepticia.

93

En el supuesto de que la libertad signifique poder escoger, la cantidad de sujetos que escogerían no ser libres sería abrumadora. Al fin y al cabo, tener que elegir no demuestra que seamos libres, sino cuán imperfectos somos por definición.

94

Bueno es contrato donde huelga trato.

95

Las revoluciones siegan algunas cabezas superfluas y demasiadas cuyas floraciones valen más que la nueva siembra social.

96

A la máxima majestad que ha llegado un monarca moderno es a poner en práctica su irresponsable versión del gamberrismo ilustrado.

97

Donde manda grey, mala ley.

98

Lo más odioso de las democracias de masas no son los puntuales abusos que las mayorías parlamentarias comenten contra la sociedad, sino el eco que las élites partidistas producen en la mentalidad común.

99

De izquierda o de derecha, para la mentalidad tarada por la producción solo son plausibles las políticas que impulsan la metástasis a partir de los focos tumorales de seres y enseres.

100

Para la moral burguesa, que hoy es transversal a todas las clases sociales, no codiciar los bienes de la modernización equivale a una herejía.

101

No solo se basan las religiones salvíficas en doctrinas tan inverificables como fantasiosas, sino que su penetración social es en extremo peligrosa porque depende de que sus prosélitos crean que sus dogmas de fe son universalmente válidos y, por consiguiente, que todos los que no viven de acuerdo con ellos están equivocados y merecen ser purgados.

102

Moral blasfema por antonomasia es la que se vale de un dios asesinado para convertir a la ecúmene en objeto de su venganza.

103

Todos los que maldicen desde la parcialidad de su credo los sacramentos ajenos son culpables de haberse procurado a una forma de mancillar la fe sin perturbar ni un electrón su conciencia.

104

La comunión del hipócrita representa, en un solo acto, el somo y la trinidad del vituperio: menosprecia el rito de participación en el modelo divino, engaña a los fieles fingiendo ser uno de ellos e insulta a su corazón haciendo lo contrario de lo que siente. Y no obstante, ¿qué futuro tendría la eucaristía si los fementidos dejaran de comulgar toda vez que la hostia, por muy consagrada que la encarezcan sus embaucadores, solo es un sucedáneo en el que ni trazas quedan de efectos teogénicos?

105

En el apostolado bulle más vanidad que primor, pero hay primores que nunca serían sin el vanidoso acicate de difundir los propios estigmas.

106

El agnóstico está en razón al reconocer que no es posible conocer a Dios, pero el gnóstico se pone en sazón cuando precisa que no es posible porque Dios se reconoce a sí mismo en cada ser.

107

Los templos erigidos por la inspiración humana a sus dioses son arcas de Noé concebidas para proteger su tesoro de epifanías en el agitado curso de la historia.

108

La función suprema de los valores no es otra que enseñar cuáles no lo son.

109

El precio de la excelencia es la especialización y esta, como es de ordinario conocimiento, conlleva importantes limitaciones a causa del tiempo, de la atención y del esmero que resta a otras actividades. En consecuencia, más valioso es saber un poco de todo que casi todo de un poco.

110

Ascender o descender es secundario siempre y cuando la mente vaya enhebrada al centro.

111

El pensamiento cuya salud crítica socava la jactancia de nuestra especie ha de asumir, como noche que sigue al día, que será difamado, perseguido y, finalmente, extirpado.

112

No busquemos refugio en la derrota hasta haber vencido, una por una, las ganas de luchar contra  ficciones.

113

Si el espíritu no arborece venerable, como rodrigón de fuste quede al menos su cacumen.

114

Ser consciente de la naturaleza de las cosas no nos hace virtuosos, pero desprende de nuestro ánimo los vicios que impiden percibir la imantación espiritual en cada brizna de lo creado.

115

Para el clarividente, cada estímulo sensorial hunde sus raíces en la infinitud.

116

La lectura simbólica es inherente al despliegue fenoménico. El núcleo de las partículas no está en los átomos, sino en la universalidad poética del alma.

117

Creo, sí, mientras lo recreo. La existencia está preñada de sentidos para quien encuentra el modo de alumbrarlos.

118

«Tradición primordial», «sabiduría arcaica» o «filosofía perenne» son algunos de los mejores títulos propuestos para el reconocimiento consecuente de que todas las perspectivas, por distantes que parezcan en la superficie, se hallan conectadas en profundidad cual rayos de un mismo sol.

119

El individuo transmutado colma de sí la ausencia de Dios porque no teme, al contrario que el grosero, las caras retadoras que adopta la beatitud frente al orgullo.

120

Como cualquier mito veraz, Dios es poliédrico, polisémico y proteico; no solo no tiene un significado único, sino que se reelabora con efectos retroactivos en unión con el observador.

121

Antes que un sistema cerrado la creación cósmica es el garito devastado de un coime que juega a los dados con las vidas dadas.

122

Que Dios no juegue a los dados como el demiurgo nunca ha sido impedimento para que los expósitos de la creación apuesten por Él en cada partida. A nivel coloquial lo llamamos orar.

123

Hipóstasis demiúrgica es la materia que nos tortura con la misma facilidad que encandila, pero incluso atrapados en su molde de prolíficas mutaciones puede el espíritu crear sus propias dimensiones a partir de la incertidumbre que lo envuelve, de suerte que respecto a nuestra condición original de títeres animados todos somos heresiarcas en potencia. La herejía frente al insensato poder de ese demiurgo es un prodigio de ortodoxia para la sensibilidad que lo sufre en el papel temporal que le ha sido asignado.

124

Pese a todas las estrafalarias andróminas que le aportan las religiones gregarias, que exista la noción de divinidad delata su presencia entre bastidores, mas de engaño nos colmaríamos si infiriésemos de ahí que los caminos de Dios a través del sistema natural están abiertos a nuestro conocimiento. Lo que Dios deja en vida ver de sí malavez son prodromos de plenitud; la visión de Dios fulmina porque es Uno con la Muerte.

125

Como una diástole la vida es la extensión del demiurgo que al alma tiene secuestrada y como una sístole acaece el rescate de Dios que en la muerte la libera. En esa megamaquia de prodigios a diástole y sístole, andan enzarzados ambos a fuerza de antinomias desde que el caos devino diorama.

126

En maya la unidad del alma esencial o ātman se escinde no solo en sujeto y objeto, o entre lo inmutable y lo contingente, sino también entre sujetos, de modo que cuanto más se multiplique su manifestación en las criaturas conscientes, más fragmentada estará en el mundo fenoménico y, por ende, más debilitada para replegarse hacia el conocimiento de sí.

127

Experimentar la continuidad interior en los juegos de figuras exteriores, sintonizar la esencia permanente bajo el tapiz mudable de las apariencias, puede que no sea más que otra ilusión cognitiva, la espuria proyección de una añoranza de amplitud metafísica que extiende un florido velo sobre la veleidad primigenia o un falso despertar dentro del trampantojo de un sueño compuesto por infinidad de capas, pero sea como fuere proporciona un simulacro de armonía a la textura empírica de la realidad que, en vez amplificar sus disonancias, aporta el equilibrio que de verdad importa cuando solo una cuerda floja sostiene nuestros sentidos sobre el abismo.

128

Los que miramos hacia Poniente con todo el Naciente pisándonos la sombra estamos en condiciones de apreciar el universo desplegable en la nada del instante donde flota el ser entero.

129

En el amable desengaño vivencial de Cervantes, tan bien provisto de graves razones cuanto de amenas peripecias, nunca menudean las ocasiones de avenirse con el transcurso del mundo pese al mundo. Salvando las distancias con los lustres de su ingenio, desde el ecuador de mis expectativas biológicas estoy en condiciones de aseverar que este quilombo planetario me ha permitido conocer experiencias maravillosas, la mayoría de ellas irreales.

130

Sin ser primero en mis letras, segundo no tengo en ellas. El destino se mofa de los mediocres dotándolos de vocación.

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