15.12.15

INTOLERANCIA AL MUNDO

Jean-Marie Poumeyrol, Abri sous la falaise
Mi sueño: acostarme menos… Resulta idiota haberme levantado.
Lucien JERPHAGNON
Elogio del pesimismo

¿Salvar el planeta? ¡Qué arrogancia la vuestra, mentecatos, que os dais así la mano de la humillación! ¿Y quién nos salva de la naturaleza que ha fabricado en su demencia a los humanos como los títeres más lacrimosos de la evolución? ¿En qué biota situarnos sin ser repelidos con una hostilidad prodigiosa en expresar el amor maternal que la Tierra abriga? ¿Dónde cabe el compromiso con la vida cuando uno ya no necesita defender ni conquistar nada, cuando puede prescindir de quitar o añadir esfuerzo alguno a las fiebres engendradas por la materia organizada?

No tomar puede ser la manera más excelsa de entregarse y también la más incomprendida forma de vencer. De las alternativas disponibles después de habernos vareado los tuyuyos en compañía, la mejor nos orienta hacia el destino radical de seguir solos. Pero al igual que no todas las noches gozan de la misma oscuridad para mostrar el firmamento, tampoco todas las almas poseen la misma aptitud para brillar en soledad. 

Hay una intolerancia al mundo que se filtra hasta la órbita viciada de los pensamientos y llega a desvelar que volcarse en los congéneres es una empresa tan fúnebre como la honda desventura de conocerse a sí mismo. La existencia no debería medirse por años de experiencia, sino por capítulos de ruptura con la realidad. No es necesaria una causa real para estar jodido, solo hace falta ser consciente; consciente de que lo real es la causa.

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