A Mariana, por el suministro de otro indicio donde precipitarme
Al principio, que en realidad no es principio y que no tiene significado espiritual salvo en nuestra vida finita, la voluntad quiere conocerse, y se despierta la consciencia, y con el despertar de la consciencia, la voluntad se parte en dos. Una voluntad, total y completa en sí misma, es ahora, al mismo tiempo, actora y observadora. El conflicto es inevitable; pues la actora ahora quiere liberarse de las limitaciones bajo las cuales fue obligada a colocarse en aras de su deseo de consciencia. En un sentido es capaz de ver, pero al mismo tiempo hay algo que, como observadora, no puede ver.
Daisetz Teitaro SUZUKI
Ensayos sobre budismo zen
¿Puede la hoja de la espada cortarse a sí misma? Transfijos antes que sublimados por la estocada de otros mundos desde un primer asalto profanador al figurado sentido de la vigilia, danse los despiertos al prematuro pensar de que son la pesadilla de los dormidos porque, tal vez, llegan a entrever que la vida consciente es la forma natural de moverse falsamente dentro de un sueño mayor donde los hechos transcurren en la duermevela del tiempo protegidos contra la visión del futuro cumplido que sería el insomnio pleno de su desvelo.
El macrocosmos en su inseparable relación con la mente humana según el Utriusque Cosmi (1617) del filósofo hermético Robert Fludd.
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