Rembrandt, El buey desollado |
Blaise PASCAL
Pensamientos
Incluso en la nevera me ha fermentado esta sopa fría que aún dudo si vaciar por el inodoro con el grumo de sus abruptas y nada digeribles realidades:
Haced trotar a Potus por latifundios europeos porque su figura de varano aporta una guisa de baraka litúrgica a los guisos de cualquier menú digno de figurar en la carta de los más prestigiosos establecimientos internacionales. Tomad a continuación un pedazo de carne procedente de alguno de los ochenta y cuatro occisos causados por el atropello kilométrico de un camión teledirigido, ahumadla con madera de bosques deforestados a beso de soplete y picadla junto con algunas especias turcas previamente molidas a golpe de Estado en un almirez diseñado para majadero de gomaespuma. Agregad en finos copos la metralla recolectada tras la detonación nocturna de una mochila kamikaze. Invocad el nombre de Alá en un dialecto injertado al recurso estelar del método y añadid, a la par, sal gruesa en abundancia del Atlántico Norte, más concretamente la enriquecida con fragancia de algallotas de tratado mercantil negociado en B de belitre. En caso de duda, recabad más instrucciones en Tor, que según noticias oficiales es la plataforma idónea para obtener armas ligeras, cocaína y otros entrantes de revoltoso recorrido corporal. Retuitead con un toque sufragista de pulgar las últimas palabras emplumadas por los gallos de los principales partidos del actual desgobierno —tan lamentado por las grandes empresas adjudicatarias del saqueo nacional—, siempre con la certeza de que el mundo no puede cambiar de sentido con la fuerza de una frase, pero sí condenar una vida en apenas ciento cuarenta caracteres si cambia el sentido del juez. Emulsionad con una dosis generosa de credulidad mientras fluyen en opusiano ejercicio de contrición, sin las alharacas de un exorcismo democrático, las psicofonías registradas en el despacho de un ministro por el propio ministro en trance de contrainsurgencia. Removed la mezcla con el machete usado para degollar a un párroco católico —¡vaya modales!— y aclarad de seguido la masa con el sudor de un mucamo, escogido al azar, entre los muchos menesrales que pasan la canícula reventando el callo a mayor holganza de las acolchadas posaderas de otros, almas de chiringuito que acaso se torran tan bien guarnecidas de coberturas como mal dispuestas a desinflar sus buches sobrealimentados. Por último, escanciad fresquito en ancha copa de plasma, a ser posible en el momento del día que concite la mayor audiencia, que suele ser también la menos proclive a sintonizar en alta definición cognitiva los acontecimentos, y, por descontado, no menguad durante el servicio la luna blanqueada del rictus sin el cual ninguna fullería sería presentable.
Curiosa receta veraniega que a buen seguro habrá de alimentarnos en las próximas décadas. ¿Me lo parece a mí o cada vez se asume con más indiferencia mayores dosis de caos social, sabiendo como sabemos que lo que nos espera es muchísimo peor?
ResponderEliminarPor desgracia, y no creo que como fruto señero de las cuitas de un hiperestésico (taxón en el que muchos de nuestros lectores a buen seguro nos catalogan), tu percepción es una realidad con visos de convertirse en el pan duro, amasado con sangre, de cada día.
ResponderEliminarA tenor del tratamiento que reciben acontecimientos tan impactantes por una óptica que va de la brutalidad espectacular al énfasis plañidero en la cohesión de la manada, se diría que pese al caos ineludible en que estamos sumidos existe una voluntad, gestionada desde las más altas jerarquías terrenales, para ajustar el nivel de exigencias mentales de la población al mínimo posible, una habituación gradual a la máxima miseria tolerable, y quizá también una exploración, por parte de las funciones atribuibles a los dispositivos de ingeniería social, que somete las fronteras humanas a una didáctica del trauma o presión ambiental incrementada con el objetivo de que nuestra especie pueda ser programada con mayores cuotas de eficiencia, es decir, en escenarios donde el conflicto pueda ser controlado o, en su defecto, rentabilizado. ¿Nos preparan, así, para un reinicio generalizado o la barbarie creciente que nadie niega es solo una consecuencia del desbordamiento del río revuelto de las naciones?
Frente a la disolución, mi labor como estilita (papel en gran medida involuntario, pues ya sabemos que un carácter es un destino) se centra en mantener el equilibrio mediante un esfuerzo esencialmente solitario, aunque abierto al hallazgo del otro, que pasa por crear referencias conforme a las cuales pueda no ya orientar el horizonte cuando todo caiga, sino contar con una trayectoria espiritual de confianza cuando yo mismo, fuera de toda duda, me derrumbe.
No niego la existencia de manos negras, aunque el declive del ímpetu mejorador se da en todas las castas, como bien se vio en el Imperio Romano. El alelamiento se está produciendo, haya más o menos intereses en ello. No sé si conoces esta visionaria película, a la que un día se recurrirá con mirada antropológica:
ResponderEliminarhttps://vimeo.com/91711076
Cuando hablé del pan duro de cada día amasado con sangre debí precisar que la masa fermenta por la acción de una levadura que tiene su mejor cepa, tal como apuntas, en el alelamiento. Aparte del juego de palabras, no deja de ser curioso que en la reproducción de la decadencia los alelos genéticos tengan también su mejor expresión...
EliminarDesconocía la película y la recrearé con gusto cuando llegue la noche. La sinopsis promete, pero más decisivo que cualquier anticipación del contenido es la recomendación de alguien tan exigente como tú. Muchas gracias.