Laurie Lipton, Love Bite |
Yosef ben SABARRA
El libro de los entretenimientos
He visto a huestes de blatodeos ocupar territorios bárbaros bajo el disfraz de arcángeles proveedores de maná; las he visto mientras amamantaban pústulas con preces y sus palpos hurgones de carroña repartían bendiciones frailunas a los menesterosos. No se trata del inicio de un mal cuento de terror a lo kafkiano, pero casi podría serlo si la actitud paródica no insinuara una realidad quizá más truculenta, la de las organizaciones que basan la razón de su éxito en asegurar el abastecimiento de pobres muy ciertos al imaginario occidental, entre otras inopinadas formas de darse maña para capitalizar la desgracia. Por garante intermental exhiben al dios de los suplicios evangélicos, que sin ser el único en presidir la explotación de la penitencia, sobre contritos y atribulados rinde en campaña como el mejor publicista junto a la icónica negra de glándulas exhaustas a las que mal se adhiere un bebé horneado por la imprudencia, siempre con la guarnición legañosa de un llanto detenido justo al borde de la deshidratación, o vencido por un agotamiento que la puérpera arrulla no se sabe si pensando en un peluche o deseando que su proteína de zanja haya exhalado el último suspiro.
A la luz de un examen desapasionado del impulso religioso que asume como prerrogativa la acción de materializar ayudas digeribles contra la penuria, a la par que adoctrina a los desfavorecidos en la mansedumbre, cuesta creer que no exista un deliberado interés natalista por parte de las misiones dedicadas a consolidar la injerencia cristiana, enemiga acérrima de cualquier método de autocontrol reproductivo, en las zonas vulnerables a la desnutrición. Llego a esta sospecha porque es un hecho verificado por doquier que la hambruna trabaja como un eficaz anticonceptivo natural, y porque de combatirla han hecho su prelación declarada los devotos que acuden, no necesariamente de mala fe, al útero del infortunio.
Entre los mamíferos sometidos a condiciones de escasez alimentaria la estrategia del organismo es reducir la tasa reproductiva; en la hembra humana, el descenso de grasa corporal por debajo del diez por ciento de su peso inhibe la producción de hormonas gonadotrofinas, provoca amenorrea y la consiguiente situación de esterilidad, como bien saben las anoréxicas que se descarnan en el corral opulento del orbe. Puesto que en términos energéticos tener prole es una función altamente costosa para la madre, los mecanismos biológicos favorecen la supervivencia inmediata del individuo sobre la perpetuación de la especie, que según se deduce no parece importar tanto a los genes como a los fundamentalistas empeñados en convertir el mundo en un campo de hacinamiento donde todos, apiñados por una caridad de ogro, seamos refugiados contra todos.
Por si fuera poco el trasiego de los errados que se quieren herrados de progenie, en opinión recogida por Macrobio que las evidencias no me autorizan a impugnar, solo las bestias se preñan. El sufrimiento que no crea, procrea.
Tanto agitas el capote que me siento animado a entrar en liza.
ResponderEliminarNo me atribula el detallado panorama de males y miserias humanas que expones en tu artículo, antes bien, te aconsejo que sometas tu atención a paisajes más bucólicos y amenos. Deseas entretenerte en la Torre de Ugolino y no me extraña que tanta oscuridad te lleve a pensamientos tenebrosos y pesimistas. Prueba por un tiempo a cambiar el espejismo que te rodea exhalando potentes ondas expansivas de alegría no contenida y derrota las tétricas imágenes que se ciernen sobre tí, pues sostengo que la realidad no es lo que nos presentan sino lo que nos representa y que es menester poner gran carga de luz y de amor para combatir lo que quiera que otros pretendan arrojar irreflexiva o malintencionadamente.
AgAiNsTeR.
Againster, aquí no hay más capote que alguna que otra verdad estilizada por la imaginación en las participaciones semánticas que le corresponden, y eso sin contar al lector que nunca deja de recrearlas sin preocuparse demasiado por los usos tolerados dentro de las ficciones compartidas.
EliminarEncuentro tus impresiones tan amables en la intención que me devuelven como restrictivas en las atribuciones que me otorgan. Al juzgar mi persona en función de lo que parece asomarse en lo leído invocas tu propio espejismo y abierta queda la cancela a un interregno desconocido, ni tuyo ni mío pero transitado por ambos, cargado cada uno con su respectivo acervo de escenas.
Aclarado lo anterior, ¿qué necesidad tienen los momentos de exultación de palabras que los traduzcan? ¿Para qué retenerlos en una estructura que no podría hacerles justicia? Las alegrías son para vivirlas según vienen, no para contarlas, tal es al menos mi estilo en lo que me concierne. Y a la inversa, los pesares verbalizados se aligeran, adquieren sutileza, y si uno los colecciona es por el temple que la forma literaria confiere al espíritu cuando este acepta los riesgos de ser uno con ella. Pocas experiencias solitarias son comparables a la catarsis de poder expresar con primor una realidad reticente a las reglas de juego del ingenio.
Inauguré esta torre con el propósito de liberar pugnas y calibrar amarguras, no de encerrarme con ellas, y hasta la fecha no me he visto tentado de ser infiel a la premisa. En alguna ocasión me he autocalificado como un «tenebrista del concepto», así que el contraste acentuado y la densidad de los materiales empleados son una parte crucial de mi obra, cuyos resultados recomiendo siempre cuestionar con una inteligencia despejada de emotividad, como cualquier otra cosa en este torbellino de almas que llamamos mundo.
Te diré, por último, que las desilusiones no están desprovistas de gracia cuando uno las integra en su mitología interior sin olvidar lo que son: actos de desasimiento, puntos de ruptura con una realidad hostil o anquilosada en exceso. Bien probada, he ahí otra fuente de amor, de amor al libre discernimiento, para encajar «lo que quiera que otros pretendan arrojar irreflexiva o malintencionadamente».
Quedando completamente aclarada mi duda me quedo ya mas tranquilo y te mando un cálido abrazo desde Logroño.
ResponderEliminarAgAiNsTeR.