Telemaco Signorini, L'alzaia |
Hubo un tiempo en que existía un vínculo directo entre la desesperación (individual) y la explosión (social). Hoy existe un vínculo entre la depresión y la implosión. Un día este mundo implosionará.
Alain de BENOIST
La sociedad depresiva
Al haber trastocado el orden en injusticia y la corrupción en un imperativo estructural de la doma de los asuntos públicos, la clase política se ha vuelto odiosa no solo hasta el grado de acaparar el primer plano de las causas del malestar, sino de haberlo propagado a las competencias directivas en general y al simulacro de contrato social que la respaldaba en particular; ha creado, con todo lujo de oprobios, traiciones y peculados, las condiciones propicias para la extinción no tanto del monopolio corporativo del Estado, cuya disolución mis ojos no verán, como de la paz civil que, no sin graves tergiversaciones oficiales de la historia ni solapadas fricciones internas, se sostenía a pesar de los gobiernos.
Por diferente que sea la concepción ideológica del mundo que uno se forme, nadie reprochará como insensato el principio de conceder mayores licencias a quien adopta responsabilidades superiores, pero muy escaso sentido de la equidad revelará si no se subleva apenas roto el equilibrio de correspondencias que debe existir entre cargos máximos y máximas cargas.
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