Concluyo con esta entrada el asunto de la música luctuosa. Dado que el infortunio y el sufrimiento son más prolíficos que cualquier explosión de alegría, me ha costado ajustarme al número de temas sugeridos en un principio y el engendro final da para casi cuatro horas y media de audición. Mantengo, cómo no, la invitación a ponerle nombre cuando hayáis gozado con opimas notas de dolor lo que tiene que decir esta segunda parte.
Ignoro el autor de este descarnado retrato que mucho tiene de buñuelesco, pero me ha parecido oportuno colgarlo como arte para la cubierta de la recopilación que os estoy ofreciendo.
Ignoro el autor de este descarnado retrato que mucho tiene de buñuelesco, pero me ha parecido oportuno colgarlo como arte para la cubierta de la recopilación que os estoy ofreciendo.
Diablesas y demonios, tienen a su entera disposición una colección ampliada de negruras en esta cripta.
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