28.5.07

KING BROCHETA


Dibujado por el autor de estas líneas en el parvulario.
A los que me critiquen llamándome apóstata o blasfemo, les diré que la verdad es lo contrario: yo soy un converso. Me convertí del fanatismo a la racionalidad. Gracias a Dios he perdido la fe. Mi infantil fe en el absurdo dogma cristiano.
Salvador FREIXEDO
Interpelación a Jesús de Nazaret
 
En algunas religiones antiguas, el esqueleto era considerado un aparato de tortura instalado en la carne. Otros cultos, más indeseables pero menos remotos, prefieren adorar instrumentos de terror tan pedagógicos como la cruz... No me extraña que los niños más sensibles se espanten en sus casas y escuelas al contemplar la efigie de un antropoide que languidece clavado a un árbol muerto.

A Cristo se lo ha llamado de todo: desde redentor de la humanidad a cagadero metafísico elevado a la enésima potencia de Dios; desde consolador con tope en manos de monjitas entusiastas a modelo de mercadotecnia empresarial; desde arquetipo del alma desplomada en la historia a suicida del mundo pagano. Eludiendo ponderar cada una de esas facetas y sin ánimo de restarles su porción de realidad, por encima de todo yo no puedo dejar de verlo como una enorme brocheta de cochino a medio asar.

2 comentarios:

  1. Uno se entera de unas cosas en tu blog. Qué fuerte lo del King brocheta..., ¡te pille confesado!

    Yo, un poquito hipersensible -que no sensiblero-, veo a cualquier crucificado como la efigie del sufrimiento, porque hay que ver para no ser "bárbaros" las barbaridades que hacían, oye. Con la de fantasmas que hay por ahí, qué más da que uno vaya de Dios, o de Hijo o de lo que sea.

    ResponderEliminar
  2. Pues así es, señor Sensaciones, de vez en cuando me dejo llevar por la tentación de la truculencia, que me permite trocar lo ilustre por lo ilustrativo...

    Y razón no te falta, los romanos eran capaces de "gentilezas"tales como crucificar a miles de rebeldes en el transcurso de un día para demostrar a los cuatro vientos quien ejercía el mando (por ejemplo en la Tercera Guerra Servil, donde se cree que murió Espartaco), pero más retorcido si cabe es adoptar como imagen corporativa un instrumento de tormento en plena actividad hasta el punto de llegar a exhibirlo colgado del propio cuello. Con la de fantasmas que hay por ahí, ¿con qué epíteto calificamos entonces a los tejedores de fantasmagorías?

    Un placer, tus palabras me han facilitado una sonrisa después de una jornada tediosa.

    ResponderEliminar

Ningún comentario recibido con posterioridad al verano de 2019 recibirá respuesta. Hecha esta declaración de inadherencia, por muy dueño que me sienta de lo que callo dedico especial atención a los visitantes que no marchan al pie de la letra.

 
Licencia Creative Commons
Esta obra, protegida por derechos de autor, está bajo una Licencia Creative Commons